El GP de Emilia Romagna, en Imola el próximo 21 de mayo, verá la nueva versión del Ferrari SF-23 de F1 2023. No solo será la primera carrera en suelo europeo sino que la sexta prueba del campeonato del mundo también será muy importante para Ferrari, puesto que ahí estrenará la nueva versión del SF-23, publica la web especializada Motorsport.com.
El equipo de Maranello está trabajando a marchas forzadas para solucionar los problemas del monoplaza actual y afrontar el resto de la campaña con el objetivo de desafiar al Red Bull RB19 y colocarse como la segunda escudería en potencia, ahora en manos de Aston Martin.
El plan inicial era llevar las modificaciones al GP de Azerbaiyán, tras el parón de tres semanas que acabará con la carrera de este fin de semana en Australia, pero la fabricación de las nuevas piezas requiere un tiempo de construcción más largo, por lo que la temporada para Ferrari comenzará realmente en Imola, delante de sus aficionados.
Las modificaciones, según adelanta Motorsport.com, son: un nuevo tren delantero y una suspensión trasera que debería mejorar la distancia al suelo gracias a un efecto antisquat en aceleración, pero el SF-23 también está destinado a cambiar de forma, por lo que podría haber cambios en los bajos.
El rebote ha obligado a Ferrari a levantar la parte trasera de su coche para evitar daños al entrar en contacto con los bordillos y el asfalto, lo que a su vez ha provocado una gran pérdida de carga aerodinámica. Con menos carga, también llega menos energía a los neumáticos y empeora el desgaste de las gomas.
En Maranello siguen convencidos de que el potencial del coche es mucho mayor de lo que se ha visto hasta ahora, y por eso las modificaciones tienen como gran objetivo potenciar las cualidades “ocultas” del monoplaza de color rojo.
Mientras tanto, Charles Leclerc y Carlos Sainz tendrán que pilotar a la defensiva: en Melbourne habrá novedades, pero no serán demasiado importantes. Habrá que esperar hasta Imola para ver si todo este trabajo que están haciendo ahora mismo en Ferrari da sus frutos o, por el contrario, termina explotando el equipo internamente ante la falta de resultados y las continuas decepciones.