La ola de calor augura para esta semana nuevos récords en el precio de la luz

Vista de los alrededores de la central térmica de Aboño (Asturias), este martes.
Vista de los alrededores de la central térmica de Aboño (Asturias), este martes.ELOY ALONSO / EFE

En la calle, un calor sofocante sin rachas de viento que lo alivien; en las casas, millones de aparatos de aire acondicionado encendidos. Es la peor situación posible para el mercado eléctrico en España. Si a ello se le unen otros factores ahora estructurales —los altos precios del gas y de los derechos de emisiones de dióxido de carbono (CO₂)—, el cóctel resulta explosivo y solo puede acabar de una forma: con la luz más cara.

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La ola de calor que se extenderá desde este miércoles por gran parte de España augura que, tras tres días con la electricidad batiendo su marca histórica, la escalada continúe alguna jornada más. En la parte positiva, las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) apuntan a que los picos de calor llegarán el fin de semana, un periodo en que los precios de la luz dan tregua.

Pero hasta entonces, quedan días en que el precio de la luz promete seguir acaparando titulares. Este miércoles es ya la jornada más cara de la historia, la tercera consecutiva, con un precio medio de 113,99 euros por megavatio-hora (MWh) en el mercado mayorista. “El jueves igual hay otro récord y el viernes ya veremos, porque la demanda suele bajar un poco”, avisa el analista energético Ricardo Margalejo, cofundador de la comercializadora Gana Energía. “Nos vienen cuatro días de calor bastante fuerte en los que va a haber un poco más de demanda, no va a haber viento y vamos a necesitar quemar más gas para generar electricidad”, desarrolla.

Los precios de la electricidad del mercado mayorista en España, que tienen un reflejo de hasta un tercio en la factura que finalmente pagan los consumidores (especialmente los acogidos al PVPC, la tarifa regulada), dependen de una subasta que se realiza diariamente. Hora por hora, las empresas que producen energía hacen sus ofertas. Estas se casan con la demanda prevista y el precio más alto es el que determina lo que se paga en cada franja horaria. El importe que se da como referencia diaria es una media. Y el hecho de que a una determinada hora, por ser más baja la demanda, no sea necesario producir electricidad con fuentes que usan combustibles fósiles (las más caras) puede hacer oscilar mucho la media.

Las consecuencias de un inverno muy frío

Pero ese no es el caso ahora. Agosto, explica Margalejo, es el mes en que tradicionalmente menos energía eólica se produce en España y tampoco es una buena época para otras renovables. Esto hace que en la combinación de fuentes que generan electricidad (el denominado pool) ganen peso aquellas que utilizan gas, como las centrales de ciclo combinado. Cuando estas hacen sus ofertas en el mercado mayorista, los importes son forzosamente elevados porque los precios internacionales del gas están muy altos. De unos 15 euros por megavatio han escalado este año a 44 euros. Y las previsiones futuras, destaca este experto, apuntan a 46 euros. La razón es que el invierno pasado fue más frío de lo habitual y muchos países, particularmente China, vaciaron sus reservas más de la cuenta. Ahora tienen que llenarlas y eso tensa el mercado.

A ello se unen los derechos de emisiones de CO₂, que deben pagar aquellas empresas que contaminan. Como resultado de un recorte a nivel europeo, también se encuentran en precios muy elevados. Un informe publicado este martes por el Banco de España señalaba que los derechos de emisiones son responsables de un 20% del encarecimiento de la electricidad. Se trata del segundo factor más importante por detrás del gas, responsable de un 50%. Es decir, juntas tienen la culpa de un 70% del aumento de precio en la coyuntura actual.

Esos dos factores no cambiarán en el corto plazo, por lo que los analistas vaticinan precios altos de la luz por lo menos hasta el próximo febrero. Pero eso no quiere decir que sean precios récord, lo que España está viviendo ahora. En las previsiones futuras del Omie (el Operador del Mercado Ibérico de Energía, que gestiona los mercados de España y Portugal) los precios para este jueves se mantienen en 110 euros por MWh. Es lo mismo que vaticinaban para el miércoles, cuando finalmente la media ha rozado los 114 euros. Para el viernes, la media prevista ya baja ligeramente hasta 105 euros, porque la demanda industrial comienza a descender en el quinto día de la semana. En el fin de semana ese efecto ya es más claro y se esperan importes más bajos: un poco más de 90 euros por MWh el sábado y algo menos de 80 euros el domingo. Un alivio, no obstante, en un contexto de precios muy elevados: el pasado agosto, ningún día pasó de 53 euros.

Bajar los precios no será sencillo. El Gobierno ha modificado ya temporalmente dos impuestos, reduciendo el IVA en la factura del 21% al 10% y suprimiendo el tributo a la generación eléctrica. Queda algo de margen en el impuesto eléctrico (del 5,11%) y otros costes y tarifas de la factura, pero nada de ello cambia las cosas en origen. Para ello, podría haber una decisión europea sobre los derechos de emisiones, que en definitiva son un gravamen que Bruselas impone a las empresas que contaminan. Pero parece poco probable, como también una reforma del funcionamiento del mercado mayorista, que básicamente es igual en todos los socios de la Unión.

La llegada del otoño dará, eso sí, más movimiento a los generadores eólicos. Luego los mercados volverán a contener la respiración: “En función de cómo esté el mercado de gas, el invierno en algunos sitios puede ser muy difícil y que los 100 euros actuales se queden cortos”, apunta Margalejo. A la factura de la luz no le sienta bien el frío extremo, como tampoco la ola de calor actual.


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