El Partido Laborista del Reino Unido registrará este martes en la Cámara de los Comunes una moción de censura (voto de no confianza, en la terminología parlamentaria británica) contra el Gobierno de Boris Johnson, que será con toda probabilidad sometida a votación el miércoles. Es prerrogativa del Ejecutivo dar luz verde a una iniciativa así de la oposición, pero el precedente histórico impone que una iniciativa así salga adelante. La formación que lidera Keir Starmer quiere evitar que Johnson se mantenga en Downing Street hasta el 5 de septiembre. Según el calendario de primarias anunciado por el Partido Conservador, no será hasta esa fecha cuando se nombre al nuevo (o nueva) líder de los tories y primer ministro. Mientras tanto, Johnson, expulsado por los suyos más por su falta de honestidad e integridad que por la retirada de la confianza en sus políticas, permanecerá de modo interino en el cargo. Los laboristas quieren que renuncie ya, pero son conscientes de que las posibilidades de que triunfe la moción de censura son remotísimas. Los conservadores quieren concentrarse en su propio proceso de sustitución de líder, que va a llevar gran parte del verano, y no están dispuestos a conceder a la oposición la baza de un adelanto electoral. Esa sería la posible consecuencia de que la votación del miércoles saliera adelante.
“Es la última oportunidad de sacar a Johnson de Downing Street antes de que concluya la semana que viene [el 21 de julio] el periodo de sesiones del Parlamento”, ha dicho a Sky News el portavoz laborista de Hacienda y Aduanas, James Murray. “Creo que todo el país se ha dado cuenta de que Johnson carece de integridad y de honestidad. Es hora de que se vaya”, ha anunciado Murray, en una petición más retórica que realista a los diputados conservadores para que respalden la moción.
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A las seis de la tarde (siete, horario peninsular de España) de este martes se cierra el plazo para la presentación de candidaturas al liderazgo del Partido Conservador. El Comité 1922 (el organismo que reúne a los diputados tories sin cargo en el Gobierno, encargado de organizar el proceso de primarias y elección de nuevo líder), ha decidido endurecer las reglas de la competición, para acelerar el proceso y tener cuanto antes un reemplazo de Johnson. Si en 2019, cuando se celebraron las primarias para sustituir a Theresa May, el umbral mínimo para entrar en liza era tener el aval de ocho compañeros diputados, en esta ocasión será necesario contar con el respaldo de 20.
A media mañana de este martes, solo tres de los 11 aspirantes ―un dato no definitivo, pero que apunta la tendencia de la competición—tenían ya completado el umbral de los 20 apoyos. Al menos la mitad del grupo parlamentario no se ha pronunciado aún sobre por quién se inclina, con lo cual es muy posible que en las próximas horas cambie la suerte de alguno más de los candidatos que a día de hoy están lejos de tener posibilidades de entrar en la carrera.
El exministro de Economía Rishi Sunak, el claro favorito, según los sondeos, y el primero en lanzar su candidatura, tiene 40 avales. La secretaria de Estado de Comercio, Penny Mordaunt, enormemente popular entre los miembros del Partido Conservador, tiene 24. Les siguen el presidente de la Comisión de Exteriores del Parlamento, Tom Tugendhat, con 20; la ministra de Exteriores, Liz Truss, con 16; empatan con 14 avales cada uno el exministro de Sanidad y exrival de Johnson en las primarias de 2019, Jeremy Hunt, el actual ministro de Economía, Nadhim Zahawi, y Kemi Badenoch. Esta última, la secretaria de Estado para Gobierno Local, Vecindades y Asuntos Religiosos, de padres nigerianos, ha sido una de las sorpresas de la competición, con un apoyo más que considerable.
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La abogada general del Estado, Suella Braverman, que cuenta con el apoyo de diputados relevantes del grupo de los euroescépticos, cuenta con 11 avales. El exministro de Sanidad Sajid Javid, el primero en dimitir del Gobierno de Johnson y acelerar la crisis que acabó con su renuncia el jueves, tiene 12 apoyos. El ministro de Transporte, Grant Shapps, que contaba con ocho, ha sido el primero en tirar la toalla. Este martes, a través de su cuenta de Twitter, retiraba su candidatura y anunciaba su respaldo al que sigue siendo gran favorito, Sunak. Finalmente, la ministra de Interior, Priti Patel, quien aún no había hecho oficial su candidatura, ha anunciado finalmente este martes que no competirá, a pesar de que ya tenía 17 diputados comprometidos con su causa. En el caso de que se hubiera lanzado a la piscina, esta dirigente, que se ha labrado fama de dura con su política de inmigración, podría haber acaparado mucho apoyo entre los defensores a ultranza del Brexit.
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