No fue el mejor partido del Barça ni tampoco del Real Madrid. De hecho, parecía que el empate a cero iba a ser la resolución inevitable a un duelo de la máxima entre los dos equipos referentes de la Liga Femenina. Al final, un penalti hizo justicia a un equipo azulgrana ligeramente superior que ganó por la mínima a su eterno rival, aunque las de Toril evidenciaron que cada vez están más cerca y que acechan sigilosamente.
Fue sin duda lo más parecido a un Clásico. Y, por el bien de nuestro fútbol femenino, no hubo goleada de escándalo al equipo blanco como sucedía hace apenas dos años sino igualdad, emoción, respeto. Por primera vez, ambos equipos se trataron de tú a tú.
El Real Madrid femenino he encajado resultados abrumadores como un 9-1 ó un 0-6. Ahora resultaría impensable presenciar alguna de estas goleadas. ‘No hay distancia’ . Y eso es siempre una buena noticia.
En su día defendí que la mejor noticia para el Barça era el nacimiento de un Real Madrid femenino. Y la prueba está en el récord de 5.569 espectadores en el Johan Cruyff, con el presidente Joan Laporta y la alcaldesa Ada Colau en las gradas. Y en los miles de seguidores en DAZN y en la cobertura mediática del partido a nivel internacional. Ésa es la victoria más importante.