Bobby Portis tiene un carácter volcánico, una característica que le permite sacar lo mejor y lo peor de sí mismo según sople el viento. El jugador es conocido aquí por su agresión a Nikola Mirotic, actual estrella del Barça, en un entrenamiento cuando ambos jugaban con los Chicago Bulls.
Ese incidente mandó a Mirotic al hospital con una conmoción cerebral y varias fracturas en la mandíbula tras recibir dos o tres tortazos en la cara. El suceso marcó un punto bajo para Portis en su trayectoria profesional, ya que fue suspendido con ocho partidos por el equipo y la liga. Mirotic pasó página yéndose a los New Orleans Pelicans, y Portis siguió un par de años más con los Bulls hasta que fue traspasado a los Washington Wizards.
Portis, pese a su polémico carácter, fichó el pasado verano por los Milwaukee Bucks tras un año en los New York Knicks, una decisión que ahora describe como una “gran decisión profesional”.
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El interior arrancó anoche en el lugar de Giannis Antetokounmpo en el importante triunfo por 123-112 de los Bucks, que ponen el 3-2 y se sitúan a un solo partido de sus primeras Finales NBA desde 1974. Sin el dos veces MVP, Portis cuajó el mejor partido anotador de su carrera en unos playoffs: 22 puntos en 36 minutos de juego.
“Venir aquí ha sido la mejor decisión de mi carrera”, apuntó Portis tras el encuentro. “Tener a veteranos como Giannis y Brook para entrenarme en cómo mejorar en defensa y tipos como Khris y Jrue para darme el balón para que pueda lanzar mis tiros, y tener al entrenador Bud… ha sido una gran decisión profesional”.
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Portis fue ovacionado por la grada en su primera titularidad en unos playoffs, y el jugador elogió la conexión entre él y las gradas: “Es una ciudad obrera y yo soy un jugador trabajador”.
Milwaukee buscará la clasificación para las Finales NBA la madrugada del sábado. Si no deberá jugársela de nuevo en el séptimo partido en casa y con la duda sobre la disponibilidad de Antetokounmpo.
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