Cuatro meses y medio después de su expulsión con el Barcelona, ya recuperado de una lesión muscular y reivindicado de forma incontestable en esta pretemporada, Diego Costa regresa a la competición directo al once del Atlético de Madrid, que ya estrenará su esperado trío ofensivo contra el Eibar.
Diego Costa, Álvaro Morata y Joao Félix, con los dos primeros arriba y el tercero perfilado por la derecha con tendencia al centro, reunidos en la misma alineación. Es la fórmula previsible para el ataque, como lo ha ensayado Simeone con insistencia -dentro de diversos sistemas- durante la preparación veraniega y como ya propuso en algún amistoso, aunque siempre condicionado por los contratiempos que significaron las lesiones de alguno de ellos.
En El Burgo de Osma, en el primer test de pretemporada, porque Joao Félix se marchó por un choque a los 28 minutos; ante el Chivas, porque el atacante luso fue baja por el golpe sufrido en Soria; ante el Real Madrid, porque Álvaro Morata padeció una contractura antes del cuarto de hora; en el All Star de la Major League Soccer y ante el San Luis, porque el atacante madrileño no jugó por esa lesión; y contra el Juventus, porque Costa partió de inicio como suplente.
Y dentro ya de la competición, porque no había estado disponible Diego Costa (primero, ante el Getafe, porque terminó la sanción de ocho partidos de su expulsión en el Camp Nou y segundo, ante el Leganés, por la lesión sufrida el 10 de agosto ante el Juventus), hasta el duelo de este domingo con el Eibar, en la tercera jornada.
Ni Jan Oblak ni Stefan Savic ni Joao Félix se entrenaron ni por la mañana ni por la tarde en la doble sesión de este miércoles. Los tres tuvieron trabajo alternativo, ninguno de los tres sufre lesión, según informó el club, y a los tres se los prevé en la alineación titular del partido con el equipo vasco en el Wanda Metropolitano.
A la espera de todos ellos, Simeone ya probó once, con Kieran Trippier en el lateral derecho; la vuelta de Renan Lodi al izquierdo tras su sanción; Giménez y Mario Hermoso en el centro de la zaga –Savic entrará por este último-; Koke Resurrección y Saúl Ñíguez en el medio centro, con Thomas Partey y Marcos Llorente como suplentes; Víctor Machín, ‘Vitolo’, y Thomas Lemar por las bandas –Joao Félix jugará por uno de los dos- y Álvaro Morata y Diego Costa, arriba.
Es el momento de Costa. De su reaparición de verdad, dentro de la competición, cuando la exigencia se dispara para cualquier jugador en comparación con los choques amistosos, cuando la disputa de los puntos o la clasificación no admite ni concesiones ni términos medios, aunque en su caso no existen partidos intranscendentes.
Diego Costa siempre compite, pero su inoportuna y, probablemente determinante, expulsión el 7 de abril frente al Barcelona en el Camp
Nou, cuando su equipo medía sus últimas opciones de pelearle el campeonato al club azulgrana, le apartó de ese hábitat durante todo el tramo final del pasado curso. Fue sancionado con ocho encuentros.
Cuatro fueron por sus insultos al árbitro (”Me cago en tu puta madre”, según la redacción del acta de Jesús Gil Manzano); otros cuatro por su comportamiento posterior. “Me agarró en sendas ocasiones por el brazo con el objeto de impedir que no mostrara las amonestaciones a sendos compañeros dorsales 24 (Giménez) y 2 (Godín), respectivamente”, según explicó también el colegiado.
Todo eso, más la lesión contra el Juventus que le ha mantenido dos semanas de baja, limitó sus partidos de entonces a ahora a los amistosos. La pasada temporada, cuando jugó en Israel, donde además sufrió un esguince de tobillo en el primer tiempo, y este verano, presente en cada uno de los seis encuentros de preparación de su equipo, multiplicado por su voracidad, su ambición y sus goles.
“La verdad que el año pasado se fue un poco injusto con él, más que nada porque creo que no se usa la misma vara de medir para todos. Es verdad que todos le conocemos, es su carácter, pero también todo lo que se le castigó el año pasado es todo lo bueno que nos da a nosotros cuando tiene ese carácter, esa raza y mete esos goles. Creo que él ha venido más motivado que nunca, está muy fino, muy motivado y eso es fundamental para este equipo, porque él es muy importante”, dijo a EFE Álvaro Morata al inicio de la pretemporada.
“No es casualidad que su regreso (en 2017-18 tras su paso por el Chelsea) nos hizo ganar la Liga Europa, quedar segundo en la Liga y ganamos la Supercopa de Europa. Su presencia, más la ayuda de todos sus compañeros, nos jerarquiza”, decía Simeone la pasada campaña del ‘19’, relanzado esta pretemporada con cinco goles en seis encuentros; cuatro al Real Madrid, cuando ofreció una exhibición.
Es un futbolista determinante e indiscutible para el técnico, que proclamó insistentemente en el cierre de la pasada temporada el deseo de que el atacante, con contrato hasta 2022, siguiese en el equipo rojiblanco, por si había alguna duda tras un curso marcado por esa expulsión y las lesiones y por debajo de las expectativas.
Porque sufrió un curso decepcionante en 2018-19, con algunas excepciones: la Supercopa de Europa que ganó el Atlético al Real Madrid o el partido de ida de octavos de la Liga de Campeones contra el Juventus. Fueron dos demostraciones del mejor Diego
Costa. Pero contadas el pasado ejercicio.
Sólo logró cinco tantos más en sus 21 choques y cerró la campaña con 21 encuentros, 19 de ellos de titular. Entre la operación del quinto metatarsiano del pie izquierdo, alguna lesión muscular y las sanciones fue baja en 29 choques la pasada temporada.
Ahora, su vuelta ya está lista. Este domingo. Y en el once titular, en el que irrumpe con la voracidad, el ímpetu, el gol, el fútbol y los recursos y opciones que ofrece sobre el terreno al Atlético, que estrenará un ataque imponente: Diego Costa, Morata y Joao Félix.
Source link