Amigos de Mundo Deportivo: ¡Cómo os he echado de menos! Estoy de regreso en España para pasar las fiestas. He pasado unas semanas intensas en la televisión portuguesa cubriendo el Mundial, apenas he tenido tiempo para poder dedicaros mi sección. Voy a hacer un repaso general de lo que me ha parecido. De entrada, debo confesar que todavía sigo con el mal sabor de boca de la eliminación de Portugal en cuartos. Estaba convencidísimo que mi país conquistaría el trofeo. Sigo reafirmándome que, posición por posición, el combinado luso tenía la mejor selección de todas. Pero no pudo ser, la fe incondicional de Marruecos pudo con nosotros, al igual que con España, Bélgica y Canadá.
Tras la eliminación, hablé con mis hijos y lo primero que me dijeron me pilló por sorpresa: “¡Maldito Monchi!”. Me sacaron una sonrisa en el peor momento. Hacían referencia al director general del Sevilla, un auténtico fuera de serie al que mando un abrazo enorme y admiración, porque sus jugadores habían sido los artífices de la eliminación portuguesa. Tanto el porterazo Bono como el delantero En-Nesyri, que nos marcó el tanto. Es más, el conjunto andaluz sumó tres campeones del mundo (Montiel, Acuña y Papu Gómez), al igual que nuestro Atleti con Nahuel Molina, De Paul y Correa. Betis y Villareal también aportaron. Entre todos los equipos de LaLiga suman 10 campeones, frente a la impresionante suma de cero por parte de los dos tiburones. De hecho, si añadimos a Antoine Griezmann, probablemente el segundo mejor jugador de la competición, el Atleti volvió a ser el equipo que más jugadores aportó a la final del Mundial…¡por segunda vez consecutiva! Todos los colchoneros deberíamos estar muy orgullosos.
El fútbol ha evolucionado. Durante todo el torneo escuché muchas críticas a las grandes selecciones por no arrasar contra rivales teóricamente menores, que les costaran las victorias, que haya eliminaciones sorpresa… Vamos, que ya no hubiese los paseos de antaño por una pérdida de calidad de los grandes. Francamente, no creo que el talento haya bajado por arriba, sino que se ha igualado por debajo. Los equipos se han profesionalizado en todos los niveles. Cada vez es más difícil ganar porque los jugadores y los entrenadores son cada vez mejores. La globalización permite competir y formarse en países de mayor nivel que el de origen. Basta mirar a la selección de Estados Unidos, que llegó a alinear 10 jugadores americanos que militan en equipos europeos, entre ellos varios de primer nivel como Chelsea y Juventus.
El nivel es cada vez mayor desde todos los ángulos. A lo largo de una liga se acaba viendo quien es el mejor, pero a partido único todo puede ocurrir y los pequeños detalles, tanto fortuitos como de calidad, marcan el rumbo de la competición. Del mismo modo que el Villareal llegó a las semifinales de la Champions el año pasado, un equipo con 10 jugadores de LaLiga sin merengues ni culés ha ganado el Mundial. Pronostico algo similar para las próximas competiciones. Bienvenidos a los nuevos tiempos de la alta calidad igualada.
Para acabar, dar la enhorabuena a todos los argentinos por su tercer campeonato. Allá donde esté el gran Diego, estoy seguro que estará muy orgulloso de que Messi recoja su testigo. Todos los amantes del fútbol soñábamos con una final entre Argentina y Portugal, el último baile entre Leo y Cristiano, los dos colosos que marcaron la última era del fútbol. Pero no pudo ser. Igualmente nos brindaron con una final espectacular contra los franceses. Un monumento al fútbol y la emoción. La buena noticia, como dijo el gran Maldini en su canal de Youtube: solo quedan tres años y medio para el próximo Mundial, en vez de cuatro. ¡Estoy seguro que entonces el Atleti lo volverá a “ganar” también!