Mazikeen Castillo es la primera mujer trans en México en ser campeona de jiu-jitsu brasileño en la rama femenil, con lo que rompe barreras que afrontan las personas de la diversidad en el deporte profesional.
Originaria de Puebla y apasionada de las artes marciales, Castillo se fijó como objetivo abrir paso a las nuevas generaciones trans en el deporte, en donde existen pocos espacios para la comunidad LGBTQ+.
La peleadora contó en entrevista con la agencia EFE que desde niña recibió apoyo de su madre para practicar artes marciales, pero no fue hasta hace un año y medio que comenzó a practicar el jiu-jitsu.
En 2021 intentó entrar a un torneo, pero no la aceptaron por la falta de reglamentos armonizados para la comunidad trans.
Se acercó a federaciones deportivas para buscar alternativas, pero sin éxito.
“La respuesta fue: lo único que tenemos parecido en los reglamentos son las normas del judo, que es un deporte similar, por lo que me dijeron que tenía que esperar un año, donde tenía que presentar la progesterona por debajo de los niveles habituales. Yo estaba dando los niveles en 2021, pero tenía que esperar un año”, recordó.
Castillo refirió que estuvo en entrenamiento constante y cuando llegaron los tiempos para competir acudió a la federación, que la dejó participar, pero entonces el torneo nacional que se realizó en Puebla no permitía competidoras trans.
Al presentar la solicitud realizada en instancias federales y las constancias de que sus hormonas estaban por debajo de lo solicitado, le dieron oportunidad de combatir.
Así fue como en octubre de 2022 se presentó en el abierto de jiu-jitsu y tras tres combates logró la medalla de oro.
Mencionó que en México es la única participante trans en esta modalidad deportiva y que hay una compañera en Canadá que también buscó participar en este arte marcial brasileño y lo logró.
La deportista reveló que en este proceso se enfrentó con la discriminación por su identidad de género, que reafirmó desde la universidad, “donde no hay posibilidades de que las personas trans puedan competir”.
El reto superado, aseguró, ayudará a que las generaciones que vienen atrás de ella tengan un camino más fácil y un referente de que las cosas se pueden hacer.
Jaret Pérez Antonio, líder de Zapata Puebla, un grupo de jiu-jitsu, aseguró que Mazikeen Castillo es un ejemplo a seguir porque, a pesar de pelear para ganar competencias, ella lucha por defender a la persona que es.
“Es un ejemplo para muchos de nosotros, no ha sido fácil para ella. Incluso para mí, como profesor fue algo sorpresivo. No fue algo que dijera que no quisiera que pasara, sino que es un poco común”, reconoció.
“El hecho a que ella haya venido al dojo y que se haya presentado como la persona que ella quiere ser, es de mucha valentía”, concluyó el entrenador.
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