La actividad en Lezama está paralizada desde el pasado viernes, último día de entrenamiento tanto para los jugadores y jugadoras de los primeros equipos del Athletic como para los del Bilbao Athletic. El regreso al trabajo en las instalaciones rojiblancas estaba fijado para el pasado martes, pero el decreto del estado de alarma y la propagación del coronavirus obligó a un parón obligatoria en toda la estructura tanto profesional como aficionada de la entidad de Ibaigane.
Los leones, en cualquier caso, tienen tarea para esta fase de confinamiento obligatorio en sus respectivos hogares. La comunicación con el club, en concreto con los responsables del servicio médico, es diario. Una especie de parte para tener controlada la situación y descartar cualquier síntoma relacionado con un posible contagio del coronavirus.
El Athletic, al igual que el resto de equipos, ha recibido ya el pertinente lote con los test de coronavirus. La entidad de Ibaigane, al igual que otros clubes de Primera, no tiene intención de utilizarlos en primera instancia, y no hay que descartar que los ceda a otras entidades que lo necesiten más en estos críticos momentos.
Los jugadores del primer equipo bilbaíno, como ya ha quedado dicho de antemano, permanecen controlados desde sus respectivas casas. El Athletic ya les dio unas pautas a seguir tanto de trabajo como de alimentación y hábitos, entre otras. Cada futbolista debe comunicarse a diario con el servicio médico para aportar información sobre sus sensaciones, peso, temperatura, estado de ánimo y otro tipo de referencias de índole similar.
La intención era que los equipos volviesen a entrenar en Lezama el próximo lunes, pero vista la propagación del coronavirus todo hace indicar que el parón obligatorio se prolongará algún tiempo más.
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