El Chelsea parece despilfarrar el dinero como si nunca fuera a acabarse, pero en ocasiones sí mira con cariño las consecuencias que pueden tener en su economía las respectivas decisiones que se toman en los despachos. Muestra de ello es lo sucedido con el despido de Graham Potter, que no conllevará que el técnico inglés cobre un gran finiquito pese a que hace apenas medio año había firmado un contrato de casi cinco temporadas.
Según medios ingleses, en el contrato de Graham Potter con el Chelsea figuraba una cláusula que dictaba que, en caso de darse una destitución, la misma conllevaría una indemnización “no relacionada con la duración restante del contrato”. Por ello, lejos de lo que cabía esperar en primera instancia, Graham Potter no cobrará ni de lejos los casi 60 millones de euros correspondientes a los cuatro años y medio de vínculo que quedaban por cumplirse. Cobrará una indemnización, sí, pero muy lejos de la citada cifra.
Cabe recordar que Graham Potter llegó al Chelsea el pasado mes de septiembre, en sustitución de Thomas Tuchel y después de que el conjunto ‘blue’ pagase al Brighton unos 20 millones de euros por él. Esa cantidad ya es irrecuperable pero, como mínimo, el Chelsea se ‘ahorrará’ algo respecto a lo habitual en estos casos.