La Policía interviene un arsenal de casi 60 armas de fuego y material explosivo en el piso de un octogenario de Murcia

Parte de las armas incautadas en la vivienda de Murcia el pasado viernes.
Parte de las armas incautadas en la vivienda de Murcia el pasado viernes.Policía Nacional

Un octogenario generó el pasado viernes una situación de pánico en una céntrica calle de Murcia, al pasear desnudo de cintura para arriba y con un revólver de grandes dimensiones en la mano. Un testigo avisó a la Policía Nacional y llevó a los agentes al domicilio del hombre, que aseguró que no recordaba nada. En el interior de la vivienda, guardaba cerca de 60 armas de fuego, largas y cortas ―todas inutilizadas, según fuentes policiales― e incluso granadas de mortero y de mano. La Policía se incautó del arsenal y lo puso en custodia de la Guardia Civil, que se encargará de determinar si el coleccionista incurrió en un delito de tenencia ilícita de armas o si tan solo le corresponde una sanción por no tener la documentación en regla.

El anciano salió de su casa sin camiseta y armado con un revólver de grandes dimensiones. Durante su paseo, se cruzó con una persona que se le quedó mirando fijamente. “Al sentirse observado”, relata la Policía Nacional, “preguntó: ‘¿Qué crees, que te voy a pegar un tiro?”, por lo que el testigo huyó inmediatamente y avisó al 091.

Cuando los agentes acudieron al domicilio del octogenario, les abrió la puerta y los atendió. Según fuentes policiales, manifestó “no recordar nada” de su recorrido por las calles y facilitó a los agentes el contacto con su hijo, que reside en la misma vivienda. El hijo explicó por teléfono que su padre estaba “delicado de salud” y que “hace años que tenía licencia de armas, ya que las había coleccionado durante toda la vida”. Al parecer, según fuentes de la investigación, el hombre había trabajado en una armería, en la que inició su afición.

Cuando el hijo llegó a su domicilio, permitió a los agentes el acceso a su interior. En varios cajones o expuestas en diferentes habitaciones, ambos guardaban cerca de sesenta armas de fuego, en un arsenal formado por 26 revólveres, 11 pistolas, 9 rifles, 5 subfusiles y 7 escopetas, según el listado ofrecido por la Policía. Todas ellas estaban inutilizadas, según fuentes policiales, aunque sin la documentación correspondiente. El propietario carecía de licencia en regla y no estaba registrado como coleccionista ante la Guardia Civil, que es el cuerpo competente en casos de tenencia de armas.

Padre e hijo colaboraron con los agentes y permitieron la incautación de todo el arsenal. El registro desveló que la colección se ampliaba con tres granadas de mortero y otras tres de mano, lo que obligó a la intervención de la brigada especializada en la manipulación y desactivación de explosivos (Tedax), que se hizo cargo de su traslado y posterior destrucción.

Un agente inspecciona parte de las armas de fuego.
Un agente inspecciona parte de las armas de fuego.Policía Nacional

Dada la colaboración prestada a los agentes y el precario “estado psicofísico” del investigado, la Policía Nacional no levantó ningún acta de delito o sanción. El caso ha pasado al servicio de intervención de armas de la comandancia de la Guardia Civil de Murcia, donde, de momento, el arsenal permanece custodiado y a disposición de la autoridad judicial, según indican a EL PAÍS fuentes del instituto armado. La investigación tratará de dilucidar si el coleccionista ha incurrido en un delito de tenencia ilícita de armas, que conllevaría una posible detención, o si, por el contrario, solo corresponde una sanción administrativa por no tener la documentación en regla.

Desde la comandancia de Murcia señalan, no obstante, que en ningún caso está permitida una acumulación tan grande de armas en un domicilio particular. El reglamento señala que se pueden tener hasta seis armas largas, como escopetas o rifles, bien guardadas bajo llave en un armero habilitado al uso. En el caso de las armas cortas, como revólveres o pistolas, está totalmente prohibida su tenencia, salvo en casos puntuales como los aficionados al tiro olímpico, “que deben depositar su arma en el club en el que practiquen su deporte”. Tampoco puede guardarse material explosivo, como granadas de cualquier tipo, en casa, ya que pueden hallarse en estado defectuoso y detonar en cualquier momento.

La Guardia Civil alerta igualmente de que la inutilización de armas debe estar correctamente documentada. “Generalmente”, declaran, “lo que se hace es taladrar el cañón para impedir que pueda dispararse”, pero se trata de una operación que puede ser reparada “por manos expertas” en el manejo de armas. “Si caen en poder de este tipo de especialistas”, prosiguen las fuentes consultadas, “podrían ser reutilizadas”. De ese modo, el destino final de las armas intervenidas, en general, es “su destrucción en un periodo aproximado de un año” o la devolución a su propietario en el caso de que arregle la documentación. En este caso, si embargo, es improbable que la enorme colección incautada vuelva a manos del coleccionista.


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