La princesa Latifa pide a los medios de comunicación que cesen el escrutinio de su vida

La última imagen publicada de la jequesa Latifa, en el aeropuerto de Madrid hace unos días.
La última imagen publicada de la jequesa Latifa, en el aeropuerto de Madrid hace unos días.INSTAGRAM @SHINNYBRYN / Reuters

La jequesa Latifa, la hija del emir de Dubái que el pasado febrero denunció estar detenida por su padre, ha difundido un comunicado pidiendo que se la deje vivir su vida “en paz, sin más escrutinio” de la prensa. La solicitud, a través de un despacho de abogados, sigue a la publicación, el pasado domingo, de una fotografía de la princesa en el aeropuerto de Barajas a través de la cuenta de Instagram de una amiga.

El texto del comunicado es breve. Apenas tres líneas. “Recientemente visité 3 países europeos de vacaciones con mi amiga. Le pedí que colgara unas pocas fotos en internet para demostrar a los activistas que puedo viajar donde quiero. Ahora espero que pueda vivir mi vida en paz sin más escrutinio de los medios de comunicación. Y agradezco a todos sus buenos deseos”, afirma la mujer, según reproduce la web de Detained in Dubai, la organización que hace tres años informó de su huida en un yate y su captura por comandos emiratíes frente a las costas de Goa. El bufete de abogados que lo ha emitido ha confirmado a EL PAÍS que actúa por orden de la jequesa.

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Es un giro significativo desde aquellos mensajes desesperados que difundió el programa Panorama de la BBC el pasado febrero y que llevaron a la ONU a pedir que Emiratos Árabes Unidos diera una prueba de vida de la princesa. “Me tienen rehén en un chalé que se ha convertido en una cárcel. Todas las ventanas tienen barrotes y no puedo abrirlas”, relataba entonces Latifa Bint Mohamed al Maktum, de 35 años. En otro de los vídeos, aseguraba temer por su vida.

“No sé si voy a sobrevivir a esta situación. (…) No quiero ser rehén. Solo quiero ser libre. No sé qué planean hacer conmigo. No lo sé. La situación se está haciendo más desesperada cada día que pasa”, grababa ante un móvil que le hicieron llegar los promotores de la campaña Free Latifa (Liberen a Latifa) y cuyo contenido facilitaron a la BBC. Estos son Marcus Essabri (un primo materno), Tiina Jauhiainen (la entrenadora finlandesa que la acompañó en su huida en 2018) y el abogado David Haigh.

Ninguno de ellos ha respondido a la solicitud de EL PAÍS para comentar el cambio de actitud de la jequesa en apenas cuatro meses. Por su parte, la fundadora de Detained in Dubai, Radha Stirling, manifiesta que “no hay pruebas concluyentes de si Latifa está actuando por su propia voluntad”. Esa organización, que denuncia la arbitrariedad de las leyes de detención emiratíes y defiende a quienes quedan atrapados en ellas, fue la primera en dar la voz de alarma sobre el caso de la jequesa hace tres años. Pero luego diferencias en la gestión de la campaña hicieron que Haigh creara un nuevo grupo.

“Está cooperando con su padre y, presuntamente, intentando regresar a la vida pública a la vez que ayuda a dar la vuelta al daño reputacional que [le] ha causado”

Radha Stirling, fundadora de Detained in Dubai

Stirling admite que no ha tenido contacto reciente con Latifa, pero asegura que ha hablado con otros miembros de la familia. En su opinión, “está cooperando con su padre y, presuntamente, intentando regresar a la vida pública a la vez que ayuda a dar la vuelta al daño reputacional que [le] ha causado”.

La salida a la luz de los trapos sucios familiares ha supuesto un duro golpe a la imagen del jeque Mohamed Bin Rachid al Maktum, que es vicepresidente y primer ministro de Emiratos Árabes. El emir de Dubái, uno de los hombres más ricos del mundo, se apoyaba en el éxito de su ciudad-Estado para proyectarse como el líder más liberal y con mayor visión de futuro del mundo árabe. La situación de las mujeres de su familia revela que hay más de marketing que de realidad.

Latifa, es una de la treintena de hijos del jeque Mohamed con varias esposas y una de las tres con ese nombre. En el vídeo inicial en el que hace tres años contó por qué quería irse del país, recordaba el caso de su medio hermana Shamsa, que también intentó huir hace dos décadas. El año pasado, la princesa Haya, exesposa del emir, logró que el juez de Londres que instruye la causa por la custodia de sus hijos diera como probadas las acusaciones contra él por secuestro, tortura e intimidación a mujeres de la familia.


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