“¡Menuda norma estúpida! ¿Cómo demonios han podido poner una bandera roja antes?”, decía Fernando Alonso después de que Carlos Sainz le tocara en la salida en parado a falta de dos giros que se inventó la FIA para que, como sucedió en el famoso GP de Abu Dhabi 2021, la carrera de Australia volviera a reventar todas las audiencias con tres de los más grandes delante luchando por el triunfo: Max Verstappen, Lewis Hamilton y Fernando Alonso.
Y rápidamente, el asturiano demostró dos de las virtudes que le convierten en un piloto especial: su rapidez mental y su capacidad por tenerlo todo bajo control en cada momento, sabiendo leer la carrera incluso en los puntos más complicados.
Acababa de tocarle Carlos Sainz y mientras otro quizás se hubiese estado lamentando por la posibilidad de perder el podio, envió una orden clara a su equipo para que pidiera a la FIA que, con otra bandera roja por un accidente de los dos Alpine, la carrera se reanudara de nuevo recuperando las posiciones de esa salida.
“Revisad, porque hace un año, en Silverstone, pasó lo mismo y se reinició todo, ¡Revisadlo, rápido! El coche está bien, puedo seguir, pero mirarlo, miradlo”, le pedía a su equipo por radio. Recordaba a la perfección que en el pasado GP de Gran Bretaña de F1, cuando Zhou sufrió un fuerte accidente en la primera curva, aquella carrera se reinició con otra salida en parado manteniendo las posiciones del primer arranque porque no se había completado el primer giro. Y así se hizo.
Alonso, carrerista puro
Cuando hablas con los ingenieros del paddock que han trabajado con Fernando Alonso, son muchos los elementos que destacan del asturiano que otros pilotos no tienen. Un piloto total. Unos destacan su sensibilidad única en su análisis del comportamiento de un coche y en su ‘feedback’ posterior con los ingenieros para mejorarlo. Otros, su gestión de gomas y frenos. Y, al margen de su velocidad, su capacidad por tener todo lo que está ocurriendo en la pista en su cabeza. De hecho, en alguna carrera sorprendió a todos asegurando que estaba controlando lo que sucedía mirando las pantallas gigantes cuando iba a 300 km/h. Esas cosas, unidas, hacen que un piloto rapidísimo sea aún más fuerte en cualquier situación.
“Fernando Alonso para mí es un carrerista. Esa es la palabra que le define. Cuando empieza un Gran Premio siempre va hacia delante”, decía Emerson Fittipaldi a MD hace un año. “Es un ganador verdadero”, apuntaba Mika Häkkinen a este diario. Ejemplos de lo mucho que los pilotos valoran todas las cualidades que reúne Alonso en un solo piloto. El ovetense lo volvió a demostrar con sus órdenes rápidas y directas al equipo. Lo tiene todo bajo control.