La lógica auguraba una temporada complicada para el Gipuzkoa Basket. El conjunto de Marcelo
Nicola encabezaba las quinielas para estar en la parte baja de la tabla, presagios que se están cumpliendo. El balance de una victoria en siete jornadas sitúa a los donostiarras en el vagón de cola, una realidad para la que, probablemente, estaban preparados.
Por ello, por encima de lo clasificatorio, son las señales que emite el equipo sobre la cancha lo que ha encendido las luces rojas. Las sensaciones son preocupantes. Lejos de evolucionar aprovechando un tramo de calendario más benévolo, el GBC ha ofrecido su peor cara en los últimos dos encuentros, especialmente en el último cuarto frente al Fuenlabrada y en la segunda mitad ante Estudiantes.
Son varios los factores que explican el bache de juego, aunque la raíz está en la retaguardia. La defensa es el camino que puede conducir al Acunsa hasta la ansiada permanencia. Si los donostiarras, que no van sobrados de talento ofensivo, quieren competir, necesitan cerrar su aro, rebotear y poder atacar con ritmo, porque si los partidos se convierten en intercambios de golpes, el GBC va justo de arsenal.
La defensa ha caído desde el triunfo ante el Zaragoza y con ella, el rendimiento de jugadores clave. La reacción debe cimentarse en ganar solidez atrás. Mañana, ante un rival directo como el Betis, es el día más indicado para empezar.
1. Sólo dos rivales por debajo de los 85 puntos
En siete encuentros, el GBC sólo ha sido capaz de desactivar al Zaragoza. El miércoles, dejaron a Estudiantes en 27 puntos al descanso y en el tercer acto, el marcador volvió a dispararse. El equipo sufre en la defensa del bloqueo directo, del poste bajo (lo castigó Gentile) e incluso, en el rebote. Una debilidad que afecta a la confianza y al ritmo ofensivo.
2. La dirección de juego no carbura
Jan
Span y Lucas
Faggiano, la pareja principal de bases, no logran que el equipo juegue con ideas. El esloveno firmó una pretemporada notable pero se ha diluido de manera difícil de explicar. Firma un 11/57 en tiros y -13 de valoración. El argentino ha mostrado chispazos individuales pero no encuentra el timón de un equipo difícil de dirigir en estático.
3. Dee y Magarity, desaparecidos
Johnny
Dee no ha anotado en dos de los últimos tres partidos. Will
Magarity ha metido dos triples (con el partido decidido ante Fuenlabrada) en los últimos cuatro encuentros. Dos jugadores clave en ataque que deben dar más y que el GBC, el único equipo de la competición que no alcanza los 70 puntos de media, necesita reactivar cuanto antes.
4. Desconexiones que resultan letales
El GBC ha sido capaz de arrancar con firmeza varios encuentros, pero no de alargar sus buenos momentos defensivos. Sufre desconexiones letales, especialmente en los segundos tiempos. Ha perdido todos los terceros cuartos (en el último encuentro ante Estudiantes, por 10 puntos) y en su peor crisis encajó 38 puntos en los 9 minutos finales contra Fuenlabrada.
5. Nicola pide más mentalidad a los suyos
Marcelo
Nicola cree que el primer paso para salir del bache es la dureza mental. “Cuando empezamos a cometer errores nos desunimos, dejamos de defender y eso no nos da la confianza suficiente para ir al ataque y jugar como debemos”, señaló el miércoles. “El grupo tiene que mejorar mucho mentalmente. Lo que nos tiene que dar mejor juego es la confianza”.
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