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La reacción del presidente Trump al enterarse del fallecimiento de la jueza Ginsburg


WASHINGTON – El presidente Donald Trump, reaccionó este viernes con aparente sorpresa ante la muerte de la jueza progresista de la Corte Suprema de Justicia, Ruth Bader Ginsburg, con la que tenía numerosos desacuerdos, pero a la que elogió por haber tenido “una vida increíble”.

“¿Acaba de morir? No lo sabía. Ella tuvo una vida increíble, ¿qué más puedo decir? Tanto si estabas de acuerdo, como si no, ella tuvo una vida increíble”, afirmó en declaraciones a la prensa a bordo del avión presidencial Air Force One.

Más tarde en la noche del viernes, Trump publicó un comunicado en su cuenta de Twitter.

El mandatario se refirió a Ginsburg como una “titana de la ley” y resaltó que fue “notablemente solo la segunda mujer en llegar a la Corte Suprema”.

“Reconocida por su mente brillante y sus poderosas opiniones disidentes en la Corte Suprema, la jueza Ginsburg demostró que uno puede estar en desacuerdo, sin ser desagradable, con colegas o diferentes puntos de vista. Sus opiniones, incluyendo decisiones muy conocidas sobre la igualdad legal de las mujeres y los discapacitados, han inspirado a todos los estadounidenses, y a generaciones de grandes mentes jurídicas”, agregó el presidente estadounidense.

Ruth Bader Ginsburg, murió a los 87 años de edad por “complicaciones” en el cáncer de páncreas que sufría, informó este viernes la corte en un comunicado.

El tribunal indicó que la magistrada “falleció esta noche rodeada de su familia en su casa de Washington, D.C., debido a complicaciones de una metástasis en el cáncer de páncreas”.

En el mismo comunicado, el jefe de la Corte Suprema de Estados Unidos, John Roberts, nombrado por el expresidente republicano George W. Bush (2001-2009), rindió homenaje a la magistrada.

“Nuestra nación -dijo Roberts- ha perdido a una jurista de estatura histórica. Todos en el Tribunal Supremo hemos perdido a una compañera querida. Hoy guardamos luto, pero tenemos confianza en que las futuras generaciones recordarán a Ruth Bader Ginsburg como nosotros la conocimos, una campeona de la justicia incansable y resuelta”.

Nominada por el expresidente Bill Clinton en 1993, Ginsburg era la jueza de más avanzada edad de los nueve que conforman el Supremo y en los últimos años había tenido problemas de salud que habían forzado varios ingresos hospitalarios.

La jueza llevaba años luchando contra el cáncer: en 2009 superó uno de páncreas; en 2018 tuvieron que extirparle unos nódulos malignos de su pulmón izquierdo; y en el verano de 2019 reapareció el tumor en el páncreas.

El cáncer también le arrebató al amor de su vida, su esposo, Martin Ginsburg, fallecido en 2010.

Ginsburg llevaba casi tres décadas en el Tribunal Supremo, donde llegó en 1993 como la segunda mujer de la historia que ocupaba un puesto en esta corte, después de toda una carrera dedicada a causas feministas y a los derechos civiles.

La salud de la magistrada, por su avanzada edad, han tenido en vilo al país, especialmente a las filas progresistas, que temían que si Ginsburg abandonaba el Supremo, su sustituto sería elegido por el presidente, Donald Trump, para ampliar la ya existente mayoría conservadora de la corte más importante del país.

El presidente y la magistrada mantuvieron una difícil relación después de que Ginsburg lo calificara de “farsante” antes de las elecciones de 2016, un comentario del que tuvo que retractarse y que provocó que Trump pidiera su dimisión.

El Supremo está compuesto por nueve jueces con puestos vitalicios, actualmente 5 conservadores y 4 progresistas.

Trump logró en su primer año como presidente que la mayoría republicana en el Senado diera luz verde a su primer nominado para el Supremo, el juez Neil Gorsuch, y después, el 6 de octubre de 2018, consiguió lo mismo para que Brett Kavanaugh, acusado de abusos sexuales, se pusiera la toga en el alto tribunal.




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