La Real se embarcará mañana en una de las aventuras más pintorescas de su historia reciente. Va a ser un viaje relámpago a Moldavia, pero sin duda curioso y con algunas intrahistorias dignas de ser contadas. La plantilla viajará a Chisinau mañana miércoles tras entrenarse en Zubieta y retornará el jueves después del encuentro ante el Sheriff Tiraspol, por lo que sólo permanecerá día y medio en esa pequeña república enclavada entre Rumanía y Ucrania.
Los 12 de Chisinau
El Sheriff envió 611 entradas de 25 euros a la Real, pero, en principio, sólo se reservaron 17 y se recogieron 12. Así las cosas, la previsión es que viajen la mitad de aficionados de la Real que jugadores convocados. Los primeros ‘valientes’ tienen previsto partir hoy mismo desde Donostia y su intención es la de visitar Transnistria, aunque el partido no se juegue allí.
A jugar al exilio
El Sheriff de Tiraspol, rival de la Real, debe jugar sus encuentros de la Europa League en la capital de Moldavia y no en Transnistria, la ‘patria sin estado’ en la que está erradicado el club. Y es que el pasado mes de junio, el Comité Ejecutivo de la UEFA prohibió la celebración de partidos en esa región “a la luz de la escalada militar a gran escala que ha supuesto la invasión del territorio ucraniano por parte del ejército ruso”.
El Sheriff no puede jugar sus partidos eueopeos en su coqueto estadio de Tiraspol, en Transnistria EFE/EPA/DUMITRU DORU
Transnistria, fronteriza con Ucrania, es una alargada franja de 4.100 metros cuadrados (más o menos lo que ocupan Gipuzkoa y Bizkaia) que en 1990 declaró su independencia, aunque ningún estado la reconoce. En 1992, el ejército moldavo quiso invadir este territorio, pero los militares transnistrios batallaron hasta lograr que se replegaran. Allí se habla ruso, hay algunos símbolos de la hoz y el martillo comunistas en las calles, siempre patrulladas por policías, pero se rigen por sus propios códigos y utilizan su propia moneda.
Transnistria fue el lugar donde Stalin envió a los urcas, una comunidad de bandidos, criminales y disidentes siberianos. A los rusos opositores se les mandaba a Siberia y a los siberianos, a Transnistria, lugar manchado por la corrupción, el crimen organizado y contrabando.
Su presidente estuvo en el KGB
Se dice que el club de fútbol Sheriff de Tiraspol es sólo una de las patas del conglomerado de empresas Sheriff LLC, que lo controla todo en Transnistria: la construcción, la energía, el alcohol, el tabaco, las gasolineras, las empresas de telecomunicaciones, las tiendas de alimentación, los gimnasios…y hasta tiene un partido político, ‘Renovación. Dos tercios de la economía de la región dependen de este entramado empresarial.
Viktor Gushan
El creador de todo esto y el presidente del club es Viktor Gushan, un oligarca cuya fortuna Forbes estima en 2.300 millones de euros. Este magnate fue agente del KGB, los servicios secretos de la URSS, antes de fundar Sheriff en 1993.
El técnico se fue a la guerra
Cuando se cita el nombre de Sheriff de Tiraspol es inevitable pensar en la gesta de los transnistrios del 28 de septiembre de 2021 ante el Real Madrid, día en que pusieron su pica en el Bernabéu (1-2) en Champions. No obstante, no quedan ni los restos de aquella plantilla heroica. De los 11 titulares de la hazaña madrileña, sólo permanece Edmund Addo en la plantilla.
Yuriy Vernydub, en el centro, junto con otros dos soldados del ejército ucraniano
Además, el entrenador de entonces, Yuriy Vernydub, abandonó el club porque retornó a Ucrania para formar parte del ejército de su país en aras de combatir contra los rusos en Zaporozhye, que es donde residen sus dos hijos, dos nietos y sus hermanos.
MADRID, 28/09/2021.- Los jugadores del Sheriff Tiraspol antes de comenzar el partido de la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones que Real Madrid y Sheriff Tiraspol juegan hoy martes en el Santiago Bernabéu, en Madrid. EFE/Juanjo Martín