La Real Sociedad celebra la clasificación del Sevilla para la final de la Europa League ante la Roma de Mourinho, rival y verdugo txuri urdin en los octavos de final de la competición. Y es que el cuadro hispalense disputará ese partido definitivo de Budapest, con el que soñaron todos los realistas durante meses de la presente temporada, el próximo 31 de mayo, cuatro días antes de la última jornada de Liga en Primera, que le enfrenta al equipo de Imanol en Anoeta. Esto tiene una doble repercusión. La primera es el desgaste lógico, físico y mental, que sufre un equipo cuando disputa un partido de esa intensidad y trascendencia sólo cuatro días antes, viajes a Hungría de ida y vuelta incluidos. Y la segunda, que puede ser todavía más relevante, es que, en el caso de que el equipo del ‘realzale’ José Luis Mendilibar alce el título de la Europa League, ya tendrá su premio europeo, ya que disputará la próxima edición de la Champions League. Así las cosas, aunque llegara a Anoeta con opciones de acceder al puesto de Conference League, el séptimo, vía Liga, ya vendría relajado y sin exigencias porque ya traería un objetivo más ambicioso entre manos. No obstante, la Real también podría llegar a ese último encuentro sin nada en juego si logra mantener la ventaja que ahora mismo mantiene con el quinto en las tres próximas jornadas.
Por otro lado, cabe recordar que, en el caso de que el Sevilla gane la Europa League por séptima vez y obtenga su billete para la Champions, esto no tendría ninguna incidencia para las aspiraciones ni la situación de la Real, toda vez que irían a la máxima competición continental cinco representantes de la Liga, los cuatro primeros más el equipo nervionense. Si el Sevilla gana la Europa League y además queda séptimo en Liga, lo que se perdería es esa plaza en la Conference League, aunque esto tampoco afecta a la Real, que ya se ha asegurado, mínimo, una plaza en la Europa League..