La Real de Brais y Silva se divierte ante Osasuna en la vuelta de Oyarzabal

La Real Sociedad cerró el año 2022 con un gran triunfo ante Osasuna en el Reale Arena que le permite asentarse en la tercera plaza de LaLiga. El conjunto de Imanol Alguacil superó de principio a fin a un equipo rojillo sin colmillo en ataque e incapaz de frenar el torrente de fútbol que generaron unos inspiradísimos Brais y David Silva, indetectables jugando entre líneas. La guinda al partidazo la puso la reaparición de Mikel Oyarzabal tras estar nueve meses de baja por lesión.

El centrocampista gallego abrió la lata en el ecuador del primer tiempo con un golazo marca de la casa: recortó a Juan Cruz dentro del área para sentarle en el suelo y definió con la zurda al palo largo de la portería de Aitor Fernández. Imanol ha encontrado un filón en Brais, que está rayando al mejor nivel de su carrera jugando con absoluta libertad.

El séptimo tanto en lo que va de Liga de Brais hizo justicia al buen fútbol desplegado por la Real Sociedad y castigó a un Osasuna sin apenas ideas ni profundidad. El equipo de Jagoba Arrasate apenas pudo hilar circulaciones de balón en el campo de la Real Sociedad y siempre estuvo a merced de la calidad de Silva y Brais, bien acompañados por Sorloth y Take Kubo. Cho, orillado en la banda izquierda, estuvo tan intenso como precipitado.

La Real Sociedad no bajó el pistón en todo el primer tiempo aupada por la excelente conexión de sus dos cerebros y solo la mala puntería evitó que se fuera al descanso con una ventaja más amplia en el marcador.

De los vestuarios emergió un Osasuna más enchufado y valiente pero solo fue un espejismo, porque a los pocos minutos de la reanudación Silva y Brais ya habían recuperado el control del partido para la Real Sociedad. En el cuadro rojillo no había noticias de Aimar Oroz ni del Chimy Ávila, desasistidos en ataque porque Lucas Torró y Moncayola fueron engullidos por el centro del campo realista.

El canario y el gallego se entienden a las mil maravillas y ofrecieron espectáculo del bueno en el Reale Arena para poner el broche perfecto al año. Mediado el segundo tiempo, una combinación entre ambos permitió a Sorloth encarar con ventaja a Aitor y para hacer el 2-0 con una gran definición de vaselina. Un golazo a la altura del estupendo partido que cuajó la Real.

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La fiesta en Donosti fue completa cuando ingresó en el terreno de juego Mikel Oyarzabal, el gran ídolo local, ya recuperado de la grave lesión de rodilla que le ha tenido en el dique seco nueve meses. El estadio atronó cuando salió a calentar y estalló de júbilo en cuanto entró en el campo en sustitución de Sorloth en el minuto 86. Una Real feliz cerró el 2022 con ganas de dar mucho de qué hablar en 2023.