La Real despierta tarde en el Metropolitano

La Real despertó tarde en el Metropolitano y, aunque un gol de Zubeldia le dio vida a diez minutos para el final, deberá apretar los puños y pelear con todo en las dos últimas jornadas para defender su quinta plaza en la Liga, que puede perder el jueves si el Betis gana en Ipurua. Los txuri urdin, con muchos cambios en un ‘once’ titular que pareció pensado en el partido del domingo contra el Valladolid, estuvo irreconocible y dio enormes facilidades en la primera parte a un Atlético que dio un paso de gigante para proclamarse campeón pero acabó pidiendo la hora y sufriendo ante una Real que pudo empatar.

Imanol alineó a Sagnan, Zaldua, Barrenetxea o Guridi, todos ellos futbolistas poco habituales lo que invita a pensar que jugadores como
Le

Normand o Silva, por ejemplo, estaban justos para jugar ayer, al menos fue el partido completo. El técnico los reservó, al igual que a Guevara y Januzaj. El resultado fue un comportamiento muy desajustado tanto en el inicio del juego como, sobre todo, a la hora de ir hacia adelante con la línea defensiva lo que, unido a la mayor energía rojiblanca en los duelos y la blandura de la Real, se tradujo en una autopista hacia la portería de Remiro.

Para cuando Carrasco hizo el 1-0 en un córner sacado en corto que, en el segundo intento, el belga cazó demasiado fácil en el área con la Real saliendo, el Atlético ya había tirado cuatro veces a puerta, una en uno contra uno de Suárez frente a Remiro. La primera media hora fue un suplicio para la Real, perdedora en todas las disputas y generando un agujero en el flanco izquierdo que ocupaban Sagnan y Monreal que Correa no tardó en aprovechar. En otro balón poco peleado en la línea de medios por Oyarzabal y Guridi ante Suárez, el uruguayo la bajó cómodo y abrió a Correa para que cruzara solo ante Remiro.

En el cuarto de hora final del primer acto la Real mostró algo de rebeldía pero como suele ocurrir en estos casos, se topó con Oblak, en ambos casos a sendos remates durísimos de Isak. Primero al rematar centrado pero muy fuerte tras un pase atrás de Guridi y después en una acción que él se guisó y se comió en el área, en conducción, para terminar con un zurdazo que el meta desvío de forma casi milagrosa a córner.

Si la alineación de Imanol fue obligada por el estado físico de la plantilla o un fue mensaje de que pensaba en el Valladolid, la cosa pareció quedar algo más clara en la segunda parte. Isak se quedó en la caseta en el descanso y en breve le siguió los pasos Monreal junto a Sagnan. La Real pasó a jugar con un ‘once’ con diez canteranos y muchos meritorios, a pesar de lo cual elevó su tono con balón, favorecido por el repliegue de un Atlético
cómodo, que no sentía la amenaza en ataque de los txuri urdin. Y cuando la encontraron, siempre estaba Oblak. En 66’ sacó otra mano tremenda a una volea de Portu dentro del área a la salida de un córner. El murciano remató en el segundo palo, el balón botó en el suelo y cuando se colaba por la escuadra, paró el portero.

Zubeldia y Merquelanz completaron el carrusel de cambios pero, paradójicamente, la Real fue cada vez a más. Una entrada por la derecha de Portu en el 79’ terminó con un disparo al palo del murciano y tres minutos después la Real encontró el gol que le dio incertidumbre al final del partido. Zubeldia remachó un balón suelto en el área tras un córner para dar emoción a los diez minutos finales. Pese a todo el nerviosismo que fue capaz en los colchoneros, a la Real le faltó tiempo para empatar el partido.