Los efectos del nuevo Anoeta no sólo se han hecho visibles en el gran ambiente que se ha experimentado en la mayoría de los partidos jugados en casa. El indiscutible tirón que ha tenido la remodelación del hogar del conjunto txuri urdin ha devuelto a la masa social de la Real una salud desconocida en los últimos años.
Por un lado, la cifra global de abonados de la sociedad ha crecido exponencialmente, hasta parámetros similares a los registrados la temporada que el equipo jugó la Champions (13/14). Y por otro, la asistencia al estadio ha crecido. Después de cuatro años de pérdida sustancial de espectadores en los partidos de casa, al punto de situar la media la pasada temporada por debajo de los 20.000 asistentes, la Real ha cerrado la campaña con un promedio de 22.328 espectadores en los partidos de casa, la mejor marca desde el período 2012-2014, en el que el equipo fue cuarto en Liga y jugó la Champions.
El club, que el lunes explicó que el aforo del estadio se ampliará en 1.500 espectadores, trabaja en el ambicioso objetivo de comenzar la próxima campaña con 32.000 abonados, incluyendo los corporativos, que son del orden de 3.200 más,
a sumar a los
individuales, 26.692 en la actualidad, para un total de 29.952. El hecho de que la demanda para acudir a los fondos haya aumentado permite a la entidad txuri urdin ser optimista en su meta de seguir elevando su masa social, hasta topes históricos.
Alcanzar la barrera de los 32.000 abonados en total supondría situar el número de abonados individuales por encima de los 28.000, lo que representaría el mejor registro de la historia de la Real, por encima de los 27.888 abonados que llegó a tener en 2003, hace 16 años, cuando rozó el tercer título de Liga de su historia.
Aquella cifra representó el techo del constante goteo al alza que supuso el paso de Atotxa a Anoeta en el número de socios. En julio de 1992, un año antes de mudarse al estadio, la Real tenía 12.543 socios y en enero de 1994, ya en Anoeta, contaba con 5.100 más: 17.643. En los siguientes nueve años, con una primera modificación del estadio de por medio, la Real alcanzó los 27.888 de 2003 para iniciar entonces un descenso que tocó fondo en 2009, con el equipo en Segunda (19.770). El repunte experimentado a raíz del ascenso devolvió al club en 2014, con el pase a la Champions, a cifras de abonados parecidas a las de una década antes (26.402), para volver a iniciar un descenso que el nuevo Anoeta no sólo ha frenado sino que ha provocado una espectacular recuperación: de los 22.707 abonados de hace poco más de un año, a los 26.692 de la actualidad. Casi 4.000 nuevos socios en poco más de 12 meses.
De la mano del crecimiento de la masa social, esta temporada también se ha experimentado un sensible aumento en la cifra de asistentes al campo, y no por el espectáculo que ha ofrecido el equipo. La capacidad de seducción que ha tenido la nueva arquitectura de Anoeta ha frenado la pérdida de más de 5.000 asistentes a los partidos de la Real registrada entre el ascenso y la pasada temporada: de los 25.094 de media de la 10/11 a los 19.795 de hace un año.
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