La suspensión oficial de la Eurocopa fue una ráfaga de aire para la reconstrucción del calendario y la Real recibió esta liberación como una pequeña victoria dentro del confuso panorama existente. En Anoeta están convencidos de que han ganado tiempo para poder disputar la final de la Copa del Rey contra el Athletic antes de que finalice la temporada.
El margen ampliado por el aplazamiento de la Eurocopa permite que junio quede libre para la culminación de las competiciones. En este marco, a la Real se le abren las puertas en su objetivo de luchar por el título en la final vasca y las opciones que ofrece la agenda aumentan. Siempre, eso sí, que las previsiones de la crisis sanitaria que golpea a la población mundial se cumplan. En este caso, el balón apunta a volver a rodar a finales de abril.
Varias Ligas, Federaciones y la UEFA han creado una comisión europea con el objetivo de reordenar un calendario común. Uno de los puntos pendientes es la reasignación de una fecha para la final de la Copa y la voluntad conjunta es inequívoca: que el Real-Athletic se juegue en una fecha que a UEFA le gustaría que fuera común para todas las finales de Copa en Europa.
La UEFA tiende a ser afín a que la final de la Champions -programada para el 27 de junio- sea el carpetazo de la temporada oficial. No obstante, el carácter excepcional imperante allanaría el camino del cambio y en Anoeta confían en que haya manga ancha con la adjudicación de la final de Copa. No se puede descartar ningún escenario, ni siquiera que se vaya a jugar el domingo, 28 de junio. Las partes implicadas son flexibles para reubicar en cualquier hueco que deje el calendario los partidos de Liga que Real y Athletic tengan que jugar una vez que se reanude la competición.
Por Rubiales, que haya afición
El presidente de la Federación Española, Luis
Rubiales, defendió ayer su objetivo de que la final de la Copa se dispute con público. “Si se jugara a puerta cerrada, tendría que ser por imperativo legal”, ha afirmado el máximo mandatario.
El Real-Athletic por el título que fue aplazado a causa del coronavirus. Rubiales admitió que “valorábamos” que se celebrara el domingo, 31 de mayo, “pero con todo lo que ha pasado en los últimos diez días hemos paralizado cualquier imposición”. Rubiales aclaró que negocia con Jokin
Aperribay y Aitor
Elizegi y aseguró que prevalecen “los intereses de la afición”, incluso si por ello la final tuviera que jugarse más allá del 30 de junio.
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