Remiro en la portería; Arambarri, Le Normand, Pacheco, Rico en una línea de cuatro defensas; González de Zárate como pivote; Guevara, Turrientes de interiores; Kubo, Navarro en la mediapunta; y Karrikaburu arriba. Así se clasificó la Real para la siguiente ronda de la Europa League. Así afianzó la Real su posición de líder en el mismo grupo del Manchester United.
La Real derrocha salud. La ventaja era mínima, de un gol, cuando Imanol decidió repartir aire escalonadamente a su espina dorsal. Silva se quedó en la caseta en el descanso; Brais vio la última media hora en el banquillo, dosificando, igual que Sorloth. Zubimendi y Merino ni calentaron. A cualquiera que se lo cuente uno de los 25.806 espectadores que vibraron en Anoeta con este fondo de armario, quintaesencia de unas señas de identidad, se pudo tomar la tendencia como un exceso de confianza. Al contrario, la Real arrolló al Sheriff con los menos habituales. Con ocho canteranos en su formación final, liderada por el ‘veraniego’ Navarro, en su versión más clásica de pretemporada que de partido oficial.
Puesta, entonces, a lucir la ropa de repuesto, la Real desfiló con estilo por la pasarela de Europa. Un guiño a la alta costura, una demostración ‘pret a porter’ al mundo: uno de los equipos de moda, sea cual sea la combinación. Los goles de Rico y Navarro, un bautismo por barba, dieron brillo a los tres puntos, originados por Sorloth.
Remiro, Pacheco y Kubo fueron los tres únicos titulares del triunfo al Villarreal que terminaron jugando ayer y el japonés entró como suplente. Aire en la vorágine. Recursos a destajo. Un paseo por Europa.