Las derrotas y los sinsabores deportivos se curan con victorias y alegrías y en el caso de Anoeta, con cohetes de dos en dos. Ayer se cumplieron tres años del estreno del rehabilitado e imponente estadio donostiarra que se ha quedado pequeño y que hoy quiere ser escenario del primer triunfo casero txuri urdin del curso, ya que ni el Barcelona (1-4), ni el Atlético (1-1) permitieron corear con entusiasmo los sones de la Marcha de San Sebastián en las dos primeras citas. La ocasión la pintan calva porque el visitante es el Omonia de Chipre, uno de esos rivales europeos de poco enjundia que en las dos ediciones anteriores -encarnados en el Rijeka y el Sturm Graz– le amargaron la tarde a los realistas. En todo caso, es un adversario que deportivamente está a años luz de una Real que necesita, incluso más que el triunfo, cierta reparación anímica tras el doble rejonazo que supuso perder en Getafe y a Sadiq para toda la temporada en la misma fatídica tarde de domingo.
‘Europaterapia’ para una Real coronada hace sólo siete días en Manchester, donde doblegó con justicia y poderío al United (0-1) para cuestionarle el primer puesto del grupo en noviembre. Un segundo triunfo realista en esta jornada 2 no sólo encarrilaría notablemente el pasaporte a la fase de eliminatorias, sino que podría encarrilar ese sabroso liderato sobre todo si los dubitativos ‘diablos rojos’ no vencen en Moldavia al Sheriff.
Se espera un sensacional ambiente en el coliseo donostiarra pese a la escasa entidad del rival y al desorbitado precio que la Real endosó al ‘Bono Europa’, que hizo que varios abonados desistieran de los partidos continentales. Será el primero de los dos encuentros en el terreno de juego donostiarra que el equipo de Imanol dispute en un plazo de cuatro días; el del domingo ante el Espanyol también promete emociones y es relevante.
Rico se sube al tren
Para el duelo de hoy, Imanol no pierde a nadie más, que bastante extensa es ya la retahíla de lesionados y sobre todo su plazo de rehabilitación y recupera a Diego Rico, incluido ayer en la convocatoria de 23. Le Normand y Barrenetxea no se suben al tren, de momento, y Carlos Fernández llevan esperando mucho tiempo en una estación en desuso.
Se esperan cambios, otra vez, en la alineación. No se puede descartar que empiecen en la portería, con la entrada de Zubiaurre. Gorosabel y Aritz tienen boletos para volver al ‘once’ y quizá Illarra tenga su primera opción de inicio en el venerado rombo de la medular. Arriba, la gran duda. Sin Sadiq, Sorloth, Cho, Kubo y Karrikaburu aspiran a dos puestos, con más opciones para los primeros. La Real necesita goles para convencer de que sin Sadiq, baja para todo el curso, Carlos Fernández y Oyarzabal sigue habiendo pólvora en el plantel.
Omonia, un clásico europeo
El Omonia, un equipo con un notable bagaje europeo y un grande en su país, quiere ser amenaza para la Real; pero su derrota (0-3) ante el Sheriff de la primera jornada y su nefasto inicio liguero invitan a pensar que quizá no les alcance para dar la campanada en Anoeta.
El coste total estimado de su plantilla es de 19,5 millones de euros, cifra inferior al valor de mercado sólo de Aritz Elustondo. La plantilla de la Real está tasada en 349,6 millones, 18 veces más. El futbolista más valioso de los txuri urdin es Oyarzabal con 60 millones, el de los chipriotas, Cassaná, con tres. Hay un mundo entre ambos, aunque en un partido puede pasar cualquier cosa.
De hecho, el Omonia quitó de en medio al Genk belga en el camino hacia la Europa League. Le derrotó en los dos partidos (0-2 y 2-0) con sendos goles de saque de banda fuera y en letales contras en casa. Hay un punta con experiencia como el brasileño Bruno y dos chipriotas jovencísimos con talento como Charalampos Charalampous y Loizos Loizou (se llaman así) a los que hay que tener en cuenta.
Con nombres menos repetitivos y talento en principio más contrastado, los realistas quieren volar en esta Europa League con otro triunfo que haría las delicias de la ‘banda de Anoeta’.