Un gol de Mikel
Oyarzabal tras un penalti cometido por Iñigo
Martínez sobre Portu le ha dado a la Real la tercera Copa de su historia. En un partido en el que en todo momento los txuri urdin llevaron el peso del mismo, la justicia poética quiso que fuera el excentral de la Real quien proporcionara al capitán la ocasión de elevar a los blanquiazules a los cielos. La Real vuelve a ser campeona.
El miedo a equivocarse marcó una primera parte en la que nadie quiso romper un plato. Sin arriesgar en un solo pase, sin ser capaces de romper una sola línea, los minutos fueron cayendo a plomo como la fenomenal tromba de agua que cayó en el primer cuarto de hora. Fue la torrencial tormenta lo único que sacó de la monotonía el anodino primer acto.
Un disparo de Iñigo Martínez tras bajar un golpeo largo de Simón, que Remiro desvío por encima del larguero, fue la única ocasión reseñable por parte de ambos en una primera parte en la que la Real ni tiró a puerta. Llevó la iniciativa, el Athletic se replegó en ocasiones hasta con sus once jugadores en campo propio, pero la Real nunca ganó en ventaja el último tercio de campo, nunca cogió en renunció a la zaga rojiblanca. Le costó encontrar por dentro a Merino y Silva y así no pudo estirar a sus hombres más avanzados.
Sólo alguna escaramuza suelta al espacio, sobre todo de Isak y alguna de Portu derivó en algún balón peligroso de los txuri urdin al área pero nunca en disposición de comprometer a Simón. El partido hasta el descanso se jugó en un territorio en el que el Athletic se sintió más cómodo.
La jugada que pudo cambiar el signo de la final sucedió nada más reanudarse el encuentro. Iñigo
Martínez cortó con la mano tirándose al suelo un centro de Oyarzabal y, aunque la acción pareció producirse dentro del área, el árbitro la sacó fuera. Sólo doce minutos después, sin embargo, la final terminó por romperse. Merino robó un balón en la medular y trazó un pase soberbio a Portu que fue derribado por detrás por Iñigo Martínez. De forma increíble, tras consultar el VAR, el árbitro le perdonó la roja que ya le había mostrado al de Ondarroa, no así el penalti que esta vez sí Oyarzabal transformó con maestría para adelantar a la Real.
Los minutos posteriores al gol fueron los mejores de la Real. Con personalidad, presionando, evitando que el Athletic progresara, entró en el último cuarto hora de partido dispuesta a defender con todo su ventaja.
El Athletic cada vez tenía menos tiempo y optó por el juego directo, sobre todo a raíz de la entrada de Unai
López. La Real mantenía lejos a los rojiblancos, evitando esos primeros golpeos. Imanol aguantó los cambios porque el equipo estaba bien pero al final refrescó su escuadra con Guevara y Carlos Fernández.
El estrés de los últimos minutos hizo temer por al que no había que temer. No ocurrió nada. El Athletic ni se acercó al área de Remiro y la Real ganó la tercera Copa de su historia.
Ficha técnica:
Athletic, 1: Simón; De Marcos, Yeray (Capa, m. 92), Iñigo Martínez, Berchiche; Dani García (Vesga, m. 75), Vencedor (Unai López, m. 68), Berenguer (Villalibre, m. 75), Muniain; Raúl García y Williams.
Real Sociedad, 0: Remiro; Gorosabel (Elustondo, m. 92), Zubeldia, Le Normand, Monreal; Zubimendi, Merino, Silva (Guevara, m. 84); Portu (Barrenetxea, m. 87), Oyarzabal e Isak (Carlos Fernández, m. 87).
Goles: 0-1: Oyarzabal, de penalti (m. 62)
Árbitro: Estrada Fernández. Amarillas a Dani García, Iñigo Martínez, Merino.
Estadio: La Cartuja. Sin espectadores.
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