La Real volvió este sábado a los entrenamientos después de un breve descanso para que la plantilla y el cuerpo técnico pudieran celebrar la Navidad junto a los suyos. Tres días de desconexión, desde la derrota contra el Atlético en Anoeta, para recargar las pilas y preparar la bonita despedida de 2020 que aguarda a los txuri urdin en San Mamés, ya que pocas oportunidades hay para disputar un derbi contra el Athletic en Nochevieja.
El regreso al trabajo en Zubieta trajo novedades importantes. Imanol seguirá sin poder contar con Miguel Ángel Moyá, Joseba Zaldua, Asier Illarramendi y Adnan Januzaj para la última cita del año. Los cuatro jugadores acudieron a las instalaciones del club pero se ejercitaron por su cuenta, por lo que el arranque de 2021 aparece como el horizonte más realista para todos ellos. Estuvieron lejos de un nutrido grupo que no tardó en quemar la calorías ingeridas en las últimas horas.
El técnico no escatimó en la bienvenida a sus jugadores: carantoña a Merino, uno de los que mejor ha recibido estas pequeñas vacaciones, y pequeña charla con Silva, al que ya tiene de vuelta en plenas facultades. El de Arguineguín aguantó la primera hora de juego contra el Atlético y el oriotarra confía en poder darle más continuidad en el derbi. La Real necesita al mejor Silva para ponerle remedio a esta mala inercia de resultados.
El entrenamiento dejó otra buena noticia para Imanol, ya que Mikel Oyarzabal está de vuelta. La lesión que se produjo en el partido de Europa League contra el Rijeka, el de 3 de diciembre en Anoeta, ya está olvidada. El eibarrés, que amagó con reaparecer ante el Atlético pero Imanol lo terminó por descartar, fue uno de los más sonrientes en el José Luis Orbegozo, consciente de que su reaparición es cuestión de unos pocos días. Evidentemente, el ‘10 de la Real no quiere perderse el derbi del miércoles por nada del mundo.
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