La Real ya está en Rijeka, donde mañana disputa su primer encuentro europeo desde la eliminación en Salzburgo de 2018. Los jugadores de la Real han disfrutado de un cómodo y placentero viaje de algo más de horas, con vistas primero a los acantilados de la Ruta Talaia desde Bidart a Donostia y luego los de la costa adriática más cercana a la localidad de 128.000 habitantes, donde mañana se estrena el equipo de Imanol. El aparato ha ‘bailado’ un tanto en el despegue, provocando cierta tensión entre los más temerosos en los vuelos, pero no ha habido más incidencias. La ilusión presidía el ánimo de los jugadores y los técnicos, que esta tarde realizarán un entrenamiento en el escenario del encuentro Stadion Rijeka.
Los más entusiasmados por el viaje, por ser el primero continental con el primer equipo, han sido los jóvenes. Zubimendi y Roberto
López, miembros ya del primer plantel, se bautizan más allá de los Pirineos y qué decir de los cuatro que ni siquiera forman parte del primer equipo: Ayesa, Aranbarri, Robert
Navarro y Pacheco.
En total han sido 73 viajeros, incluidos seis directivos, con Jokin
Aperribay a la cabeza. Se quedó en Gipuzkoa Luis
Llopis, por motivos personales, por lo que su rol como entrenador de porteros lo desarrollará Jon
Alemán. Nada más aterrizar, los jugadores y técnicos se desplazaron hasta la vecina localidad de Opatia. No es una zona especialmente castigada por el coronavirus.
A las 18.30 horas está prevista la comparecencia del capitán Mikel
Oyarzabal y del entrenador, Imanol
Alguacil. A las 19 horas, el entrenamiento en el Stadion Rijeka. La satisfacción para la expedicionarios es que el tiempo es bueno en sus primeras horas en Croacia, nubes y claros con una temperatura agradable. La lluvia ha dado una tregua al terreno de juego, que, de esta manera, puede estar en mejor estado.
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