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La reina Isabel II recuerda al duque de Edimburgo en su emotivo discurso de Navidad


Un broche de zafiros, el mismo que llevó en su luna de miel, y una foto con su esposo, Felipe de Edimburgo, fueron los únicos elementos decorativos que se apreciaban durante el discurso de Navidad de la reina de Inglaterra. Esta vez, Isabel II quiso dedicar su tradicional mensaje al monarca consorte, fallecido el pasado abril. “Estos días pueden ser complicados para aquellos que han perdido a sus seres queridos. Este año entiendo especialmente por qué”, confesaba en su discurso, retransmitido desde el castillo de Windsor. “Su curiosidad intelectual y su capacidad para verle el lado divertido a cualquier situación son irremplazables. Su mirada, traviesa y brillante, perduró hasta el final”, agregó, a la vez que agradecía “el afecto y la calidez” que sintió con los múltiples homenajes que ha ido recibiendo su esposo a lo largo de este año.

En este segundo año protagonizado por la pandemia y en el que la reina ha tenido que suspender sus clásicas vacaciones en Sandringham por la variante ómicron, la monarca ha querido lanzar un mensaje de optimismo a los británicos: “Se suele decir que la Navidad es una festividad para los niños, y es cierto, pero solo a medias. La Navidad puede sacar al niño que llevamos dentro. Cuando los adultos estamos abrumados con preocupaciones, terminamos por encontrar instantes de felicidad en pequeñas cosas, esas que los niños todavía no saben apreciar”. Tal y como informaba Clarence House, la reina pasó la Nochebuena junto al príncipe Carlos y Camilla, duquesa de Cornualles, y el príncipe Eduardo, conde de Wessex. Su hija, la princesa Ana, está pasando las fiestas confinada tras dar positivo por coronavirus: “Aunque nos falta una risa familiar este año, tenemos la oportunidad de recordarlo y ver estas fiestas a través de los ojos de los más pequeños de la familia”.

Hubo menciones especiales para Carlos de Inglaterra y su nieto, el príncipe Guillermo, “por su preocupación y su labor en la lucha contra el cambio climático”, pero no para los duques de Sussex, Meghan y Harry. Tampoco para su tercer hijo, el príncipe Andrés, que abandonó la vida pública cuando se vio envuelto en el escándalo de pederastia de Jeffrey Epstein y que recientemente ha vuelto a ser acusado de fraude y evasión fiscal.

En febrero, Isabel II se convertirá en la primera monarca británica en celebrar el Jubileo de Platino, que conmemora sus 70 años de reinado: “Espero que sea una oportunidad para que la gente vuelva a sentirse unida y para mirar al futuro con esperanza”. No será la única celebración que la monarca tiene prevista en 2022. El 28 de julio inaugurará los Juegos de la Commonwealth, el evento deportivo que celebran cada cuatro años los países vinculados al Reino Unido. Pese a que el pasado octubre la monarca tuvo que cancelar sus actos públicos debido a una baja por enfermedad, de la que se desconocen las causas, la próxima primavera tiene planeado rendir un homenaje oficial al duque de Edimburgo, con una ceremonia oficial en la Abadía de Westminster. Las restricciones provocadas por la pandemia obligaron a que su funeral oficial, celebrado el pasado abril, tuviera lugar en la intimidad.


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