La Reserva Federal asusta a las Bolsas con un posible adelanto de las subidas de tipos para atajar la inflación


La jornada marchaba plácida. El índice estadounidense Dow Jones, que agrupa a 30 de las mayores empresas del país —entre ellas Apple, Microsoft o el banco JPMorgan— añadía este miércoles un nuevo máximo histórico a los muchos que ya logró durante el boyante 2021, pero a eso de las ocho de la tarde hora española, cuando quedaban dos horas para el cierre de la sesión, todo empezó a torcerse. La publicación de las actas de la reunión de diciembre del comité de política monetaria de la Reserva Federal de EE UU desataba la tormenta al desvelar que sus miembros se mostraron de acuerdo en que quzá sea necesaria una subida de tipos de interés “antes, o a un ritmo más rápido” para contener la inflación.

Los inversores esperan tres subidas de tipos de interés por parte de la Fed este mismo año, pero la aceleración del calendario de retirada de estímulos que dejan entrever las notas del encuentro constatan un giro hacia posturas más ortodoxas que ha tomado por sorpresa a los mercados. El Dow Jones se dio la vuelta de inmediato y cerró con caídas superiores al 1%, el S&P 500 se dejó casi un 2%, mientras que el tecnológico Nasdaq se hundió más de un 3%.

La cascada de números rojos continuó conforme pasaron las horas. El Nikkei japonés cayó durante la madrugada europea casi un 3%. Y en el Viejo Continente las pérdidas se imponían este jueves: el Eurostoxx 50 perdió un 1,5%, y los parqués de Fráncfort y París sufrieron descensos similares. El Ibex 35 español, tras un mal comienzo, cerró plano gracias al buen comportamiento de los bancos, a los que benefician las subidas de tipos de interés.

Las actas recogen el sentir de los componentes de la Fed hace tres semanas, cuando ómicron todavía no había desplegado todo su arsenal de contagios, pero revelan que el temor a la inflación es superior al de una desaceleración del crecimiento económico. La palabra ómicron aparece citada nueve veces, pero sin consenso sobre su potencial impacto. “Muchos participantes señalaron que la aparición de la variante ómicron vuelve las perspectivas económicas más inciertas; varios comentaron que aún no veían que la nueva variante fuera a alterar de forma significativa la senda de la recuperación económica en Estados Unidos”.

Diez veces aparecen citados los cuellos de botella que estrangulan la oferta. Los miembros de la Fed advirtieron de que el atasco global en las cadenas de suministro y la escasez de mano de obra están limitando la capacidad de las empresas para atender la fuerte demanda. Y no son optimistas acerca de su final: alertaron de que están más extendidos de lo que se pensaba y persistirán hasta bien entrado este año.

Sin embargo, la buena marcha del mercado laboral, con la tasa de paro en el 4,2%, cerca de lo que los economistas consideran como pleno empleo, ha convencido a la Fed de que la economía de la mayor potencia del mundo progresa adecuadamente y puede seguir su camino sin las muletas que proporcionan los estímulos. El cuándo se dé el primer paso y el cuánto reduzca su cartera de bonos mostrarán hasta qué punto la inquietud por la inflación se impone a la de los efectos de ómicron. Para los analistas de ING, marzo es “demasiado pronto” para emprender esa primera subida de tipos debido a que aún no se conoce con exactitud el impacto de la nueva variante, y ve más probable que se produzca en mayo.

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La inflación de EE UU tocó en noviembre el 6,8%, máximos desde 1982, hace casi 40 años. Por eso no sorprende que la palabra inflación aparezca 75 veces en las actas de la Fed. En la reunión varias voces comentaron que está siendo más alta y persistente de lo que se anticipaba, y las subidas de precios se están trasladando cada vez a más productos. Entre los problemas citados figuran el aumento de los precios de la vivienda y los alquileres, un crecimiento salarial más generalizado impulsado por la escasez de mano de obra, fricciones más prolongadas del lado de la oferta global que podrían verse exacerbadas por la variante ómicron, y la idea, cada vez más extendida entre los negocios, de que pueden cargar al consumidor los mayores costes en mano de obra y mercancías.

No obstante, la percepción de la Reserva Federal es que los precios se relajarán en el transcurso del año, conforme se solventen los problemas de oferta, si bien los últimos repuntes han llevado a los responsables de la política monetaria norteamericana a revisar al alza sus previsiones de inflación para este año y para el que viene, lo cual ha convertido el alza del coste de la vida en un mal a atajar.


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