El fútbol le debía una a Juanma
Lillo después de aquel ascenso frustrado de Mendizorroza en 2008 y lo fue a encontrar 13 años después en Inglaterra, a la sombra de Pep
Guardiola. Destinos cruzados y unidos por un vínculo sentimental: en el mismo mes en el que la Real Sociedad vuelve a ser grande y alza un título 34 años después, el técnico tolosarra ve compensados lustros de trabajo con la consecución de su primer trofeo con el Manchester City: la Carabao Cup o Copa de la Liga de Inglaterra. Junto a él, otro guipuzcoano que también degustó los sinsabores del descenso txuri urdin: el preparador de porteros sanjuandarra Xabi
Manzisidor, ya acostumbrado a las mieles del éxito del club citizen, al que accedió en 2013, un año después que Txiki
Begiristain, el director deportivo y tercer representante del territorio histórico guipuzcoano en el club presidido por el emiratense Khaldoon
Al
Mubarak.
“No arriesgar es lo más arriesgado, así que, para evitar riesgos, arriesgaré”. Es la filosofía que ha acompañado a Lillo, cuya carrera experimentó un giro espectacular en junio de 2020, cuando su pupilo, Pep
Guardiola, el de los 30 títulos, le llamó para ser su ayudante en el City of Manchester. Sus experiencias asiáticas anteriores como primer entrenador, primero en el Vissel Kobe japonés y después en el Qingdao Huanghai chino, también le dejaron huella y mucha aprendizaje. Le dejó todo para volver a convertirse en Sancho
Panza, como en su breve estancia en el Sevilla junto a Jorge Sampaoli. Es difícil ver a Lillo en las fotos, siempre está un metro y dos por detrás de Pep. En este caso, la guarnición no se come al solomillo.
Guardiola reivindica la importancia del tolosarra
No obstante, el mismísimo Guardiola reivindica la importancia de su ayudante en la buena trayectoria del City: “Juanma es muy importante para mí. Nos ha ayudado mucho. Sin su influencia sería imposible estar donde estamos en la tabla”, confiesa el de Santpedor. “Me conoce perfectamente y sabe lo que necesito en el momento justo. Tiene un sentido especial para ver cosas que yo no veo o leer situaciones del partido difíciles de encontrar para mí”, añade el expreparador del Barcelona y el Bayern de Munich.
La Carabao Cup puede ser el primero, y menos importantes, que puede acumular el equipo citizen esta temporada. Tiene casi en la mano la consecución de la Premier League y es uno de los cuatro finalistas de la Champions League. Quizá al final del curso le tenga que dar una vuelta a otra de sus inmortales sentencias: “La realidad está para conspirar contra los sueños”, dijo Lillo en su etapa de 14 meses en la Real, muy desdichada por la situación del club. Ahora parece que está para cumplirlos.
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