La reyerta contra Vox en Vallecas ensucia la campaña

Los altercados violentos ocurridos para boicotear un acto de Vox en el barrio de Vallecas el miércoles han elevado el tono bronco de la precampaña para las elecciones del 4 de mayo en Madrid. Al día siguiente de que la Policía Nacional cargara contra los manifestantes que protestaban por la celebración de un mitin de Vox, después de que su líder Santiago Abascal se encarase con ellos, el Partido Popular ha culpado este jueves a Unidas Podemos de fomentar la violencia. Por su parte, Pablo Iglesias ha acusado a Vox de “provocar”.

“Mi preocupación es que haya partidos que forman parte del Gobierno de España que justifican y alientan estos ataques inaceptables en cualquier Estado democrático”, ha señalado el presidente del PP, Pablo Casado, durante unas jornadas médicas. “Quiero condenar rotundamente los actos de violencia que sufrieron ayer los representantes de Vox, con su presidente Santiago Abascal a la cabeza, y su candidata Rocío Monasterio”, ha recalcado.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha subrayado que “ningún tipo de violencia tiene cabida” si “aspiramos a una sociedad tolerante, en convivencia y en la que cada uno pueda tener sus ideas respetando a los demás”. Durante una visita a la base aérea de Getafe, la ministra socialista también mostró todo su apoyo a las fuerzas y cuerpos de seguridad, ya que 21 de los 35 heridos en estos disturbios fueron policías nacionales. Los altercados se saldaron con cuatro personas detenidas. Por su parte, Abascal ha cargado contra el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, a quien consideró “directamente responsable” de todas las agresiones, según afirmó en dos entrevistas en televisión. “Montó un dispositivo policial gigantesco que no se usó como es debido”.

La lectura en Podemos es distinta. Los líderes de la formación, que acusan a la extrema derecha de alentar la crispación desde hace meses, defendieron en bloque a los vecinos de Vallecas. La nueva ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, llegó a darles las “gracias” el miércoles en Twitter por haber dicho “no al fascismo”.

Pablo Iglesias ha sostenido este jueves en un vídeo difundido en redes sociales que la concentración de Vox fue organizada con “el fin absolutamente deliberado y evidente de provocar altercados en el barrio”. El candidato a las elecciones del 4-M se mostraba contundente y acusaba a esta formación de instigar la violencia. “Insultan a los vecinos, les amenazan, les arrojan objetos(…) y cuando ven que no les funciona y que no iban a conseguir lo que buscaban, Abascal, desde la tribuna, dice que ‘a por ellos’ y rodeado de varios de sus matones, rompe a empujones el cordón policial, provocando una carga que deja además a varios periodistas golpeados”, ha afirmado Iglesias, quien la semana pasada fue increpado a la salida de un acto en Coslada por cuatro ultras. En esa ocasión, el exvicepresidente se acercó a ellos y los encaró unos segundos. “Se está normalizando que la presidenta de la Comunidad de Madrid pueda decir que el fascismo es el lado bueno de la historia. Pues mire usted, no. El lado correcto de la historia es el lado en el que están los vecinos de Vallecas”, señala en su mensaje.

En la misma línea que el candidato de Unidas Podemos se había expresado horas antes la portavoz del partido y número dos de la lista para la Comunidad de Madrid, Isabel Serra, quien considera que Vox fue a Vallecas a “provocar y buscar violencia”. Serra ha defendido en unas declaraciones ofrecidas a los medios tras una reunión para interesarse por la situación en la Cañada Real que la actuación de los vecinos antes de las cargas policiales era “absolutamente pacífica”.

Ya el miércoles, el portavoz del partido en el Congreso, Pablo Echenique, también culpó a los convocantes de haber provocado los disturbios. “Hoy unos pijos han ido a Vallecas a intentar provocar a los vecinos con bravuconadas. Estos les han recordado pacíficamente el poco amor por el trabajo que tiene su jefe y él se ha ido a por ellos para provocar una carga”, señaló en Twitter.

El debate sobre estos actos no es nuevo. Abascal ya protagonizó un encontronazo similar al acercarse a manifestantes independentistas que le gritaban durante un mitin en Tortosa en la campaña de las elecciones catalanas el pasado febrero. También en esa ocasión se les acusó de provocar. O hace dos años, en las generales de abril, Albert Rivera, entonces líder de Ciudadanos, fue insultado y criticado por celebrar un acto en Rentería.

Toni Cantó, exportavoz de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana y número cinco en la lista del PP para las elecciones madrileñas, ha asegurado que “cualquier demócrata español tiene derecho a hacer lo que le dé la gana en territorio español”. En una entrevista en RTVE, Cantó ha dicho que no iba a entrar a “valorar si Abascal llevaba la falda demasiado corta”, en referencia a los comentarios que en ocasiones se han producido en ciertos ámbitos ante situaciones de agresión machista y en las que se alude a la supuesta provocación previa de la víctima por su indumentaria o actitud. Por su parte, la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se ha referido a las “imágenes violentas” para condenarlas “absolutamente, sin excusas ni justificaciones como hacen otros”, ha señalado.

Entre los candidatos el próximo 4-M, la aspirante de Más Madrid, Mónica García, se ha mostrado cercana a la opinión de Unidas Podemos al afirmar que ante “sus malos datos en las encuestas”, Vox acudió al barrio a hacer “turismo de provocación”. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha asegurado que los altercados del miércoles le recuerdan “a cuando decían que las víctimas de ETA provocaban por vivir en los pueblos vascos”. Ángel Gabilondo, candidato del PSOE, ha pedido, por su parte, “frenar la espiral de violencia en campaña” y Edmundo Bal (Cs), ha lamentado que Iglesias disculpara “la violencia, porque se ejercitaba contra una opción política distinta de la suya”. “El fascismo no es una opción respetable”, como tampoco lo es el racismo, la homofobia o el machismo, ha manifestado el exvicepresidente. “Rechazar todo esto es un deber para cualquier demócrata”, sentenciaba.




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