Un país europeo ha optado por unas medidas relajadas ante la guerra contra el COVID-19, confiando en la responsabilidad individual de su población.
Se trata de Suecia, un país de unos 10 millones de habitantes.
El país escandinavo ha cerrado institutos y universidades (no escuelas ni guarderías) y ha prohibido concentraciones de más de 50 personas desde el pasado 29 de marzo.
Pero la vida cotidiana sigue bajo normalidad en comparación al resto del mundo: por ejemplo, personas siguen yendo a bares y restaurantes.
Suecia hasta se negó a cerrar las fronteras porque al parecer no se considera que estén en fase de contención pero más bien en fase de mitigación, según el medio Vox que citó al epidemiólogo jefe del país, Anders Tegnell.
El Gobierno socialdemócrata, ha aconsejado al público que practique el distanciamiento social y varios puntos turísticos han optado en cerrar sus puertas por su propia cuenta.
La situación única de Suecia se atribuye en gran parte a la confianza que existe entre los ciudadanos y las autoridades, como también a la independencia de estas mismas autoridades de influencia política. También cabe mencionar que sus 10 millones de habitantes viven en 4.7 millones de residencias. De los cuales, 1.7 millones de ellos consisten en hogares de personas solteras, o sin hijos, según estadísticas del gobierno sueco.
Por eso se cree que Suecia podría ser un caso particular en la Unión Europea, dónde el coronavirus se ha visto en las últimas semanas avanzar sin frenos y empujando al sistema sanitario en países como España e Italia a sus límites.
Tegnell dijo durante una entrevista el lunes que las personas que disfrutan del aire libre no le preocupan, ya que “obviamente no es la forma en que se propagan estos virus”.
“Estar afuera, como lo estamos haciendo ahora, sin estar demasiado cerca el uno del otro, obviamente no es la forma en que estos virus se propagan, cuando estás adentro, cuando estás cerca de la gente, por lo que ese tipo de imágenes no me preocupan tanto como otras cosas que veo”, dijo Tegnell.
Tegnell dijo que las medidas a “largo plazo” son más sostenibles que las medidas drásticas, como los bloqueos observados en otros países, y le preocupa un aumento dramático en los casos en que esos países comienzan a abrirse nuevamente.
Cabe destacar que aunque no hayan medidas implementadas, una gran parte de la población ha dejado de viajar, y unos 2,300 médicos han pedido al Gobierno que interpongan medidas más estrictas, según la revista Time.
“Creemos que no hay evidencia científica para su estrategia”, dijo Cecilia Söderberg-Nauclér, experta en patogénesis microbiana a la revista Times. De acuerdo a la experta el gobierno se ha mostrado reacio a compartir sus datos con los científicos, lo que la hace creer que la estrategia del gobierno “no se basa en evidencia”.
Suecia, hasta el viernes, había registrado 9,685 casos de coronavirus y 870 muertos.