Día soleado en Auckland. Hacía días que no se veía el sol en Nueva Zelanda, todo era lluvia, viento y frío, mal tiempo… Por fin se despertó la alegría. Y al fin se esperaba un Eden Park lleno. No fue hasta la bandera, pero sí que en Auckland se respiraba otro ambiente. El de unos octavos de final de un Mundial. Y no un Mundial cualquiera, sino el que más repercusión mediática está teniendo, el que está mejor organizado, el del nivel más igualado entre las selecciones participantes…
Y por eso se llenó el Eden Park. En un horario mejor respecto a los otros partidos, a las 17:00h (hora local) y en Auckland, una ciudad con mejores temperaturas, se acercaron al estadio 43.217 personas. Lo hicieron para presenciar el duelo que sería histórico para cualquiera de las dos selecciones al superar por primera vez una eliminatoria de un gran torneo.
Al empezar el partido ya se escucharon cánticos españoles. “España, España!”. Tras el primer golazo de Aitana Bonmatí se volvieron a pronunciar los castellanoparlantes del estadio, los familiares de las jugadoras. Esta vez, “a por ellas”, gritaban.
Después del gol en propia de Laia Codina, siguieron animando. “Yo soy español, español, español”, decían esta vez. Al empezar el festival de la selección española se intensificaron los cánticos. Al ritmo de “puede ser mi gran noche remix” y la canción compuesta especialmente para la selección, “está por venir”, se unían también los neozelandeses.
Los espectadores locales gritaban cada vez que el balón pasaba de medio campo por parte de las suizas, mientras que no lo hacían hasta que la Roja pisaba el área de Thalmann.
Éxito de la selección española, que pasa a cuartos de final seduciendo un Eden Park con 45.000 espectadores, la mayoría neozelandeses, pero con las ganas de apoyar a la selección española “porque les gusta el país”.