EL PAÍS

La sala constitucional de Guatemala suspende la oficialización de los resultados electorales y ordena depurarlos


Manifestantes a las afueras de la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, este sábado.Esteban Biba (EF)

La Corte de Constitucionalidad de Guatemala suspendió este sábado la oficialización de los resultados de las elecciones generales del pasado 25 de junio en Guatemala hasta que se esclarezcan supuestas irregularidades que plantean nueve partidos políticos, entre ellos, Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), cuya candidata, la ex primera dama Sandra Torres, aguarda para disputar la segunda vuelta. La sala constitucional ordena que todas las juntas electorales del país repitan las audiencias de escrutinio y, de ser necesario, se efectúe un recuento de votos para “depurar” los resultados antes del 20 de agosto, la fecha programada para el balotaje presidencial entre Torres y el candidato del Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo.

Según el fallo de la sala constitucional, el Tribunal Supremo Electoral “debe suspender la calificación y oficialización de resultados a efecto de que, en la fecha prevista de la segunda vuelta para la elección presidencial, todo haya quedado debidamente depurado”. La Corte señala, no obstante, que los plazos se deben “acatar estrictamente” para “garantizar que la alternabilidad en el ejercicio del poder se lleve a cabo en la fecha prevista en la Constitución”. Por tanto, el relevo presidencial debe efectuarse el 14 de enero de 2024.

La oposición no tardó en reaccionar a la decisión de no dar por oficiales los resultados de la primera vuelta. En la noche de este sábado, Arévalo llegó frente a la Corte de Constitucionalidad, donde le cedieron un megáfono y dijo: “Hemos venido a defender la libre expresión del pueblo de Guatemala en las urnas; una libre expresión que hoy, los mismos de siempre, que le tienen miedo a la democracia, a la decencia, están empeñados en arruinar”. La resolución constitucional “amenaza con diferir indefinidamente la segunda ronda”, manifestó Arévalo, quien se comprometió “a defender los resultados”.

Las misiones de observación electoral de la Unión Europea y de la Organización de Estados Americanos (OEA) también se pronunciaron sobre la orden del tribunal para destacar que las votaciones se cerraron en orden y llamaron a respetar los resultados. “La importancia de sostener la referida integridad y el respeto de la expresión del pueblo por el voto es esencial para mantener la más plena confianza en los comicios por parte de la ciudadanía y de la comunidad internacional”, señaló la OEA. La misión de la UE, por su parte, instó a las “instituciones judiciales y partidos políticos que respeten la clara voluntad de los ciudadanos expresada libremente en las elecciones del 25 de junio”.

Más de dos millones de ciudadanos acudieron a las urnas el pasado domingo para elegir diputados, alcaldes y al próximo presidente del país centroamericano. Con el 98% de las actas procesadas, el Tribunal Supremo Electoral anunció una posible segunda vuelta entre la candidata conservadora Sandra Torres, que logró el 15% de los votos válidos, y el socialdemócrata Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla, que de manera sorpresiva y en contra de las predicciones de las encuestas captó el 12% de preferencia de los votantes. Analistas como Ricardo Sáez de Tejada consideran que Arévalo atrajo el voto del hartazgo ciudadano y de rechazo a las opciones que representan la continuidad del autoritarismo que se ha profundizado durante el Gobierno de Alejandro Giammattei y que ha obligado al exilio a cerca de 100 miembros de la justicia, defensores de derechos humanos y periodistas.

Tras la primera vuelta, el resultado ajustado de los candidatos a alcalde de Ciudad de Guatemala motivó la revisión de actas en la capital. En el cotejo con los datos del sistema electrónico se identificaron incongruencias. Con el paso de los días, las dudas en los resultados se amplificaron entre partidos como el oficialista Vamos, del presidente Giammattei, y el partido Valor, que postuló a la presidencia a Zury Ríos Sosa, la hija del dictador Efraín Ríos Montt.

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Para el viernes, nueve partidos políticos —Cambio, Mi Familia, Valor, Podemos, Vamos, Creo, Cabal y Azul y UNE— tenían cuestionamientos sobre los resultados y pidieron la intervención de la sala constitucional. Juristas como Oswaldo Samayoa advirtieron de que la corte no tenía la competencia para resolver las acciones contra la autoridad electoral, pero la sala atendió la petición de los nueve partidos “para garantizar la pureza del proceso electoral y que el sistema republicano, democrático y representativo no sufra desmedro”, según dieron a conocer.

El inesperado avance del Movimiento Semilla, que en las encuestas tenía menos del 3% en la intención de votos, ha desatado los señalamientos de fraude entre los sectores más conservadores, que han señalado que Guatemala está supuestamente frente a una “amenaza comunista”, un extremo que el propio Arévalo tildó esta semana en una entrevista con como un intento de distracción ante el avance de su partido. “Están tratando de distraer a la población de lo fundamental: si Guatemala es un país viable con instituciones que respondan a los intereses colectivos o un Estado en manos de grupos criminales que lo único que van a buscar es el enriquecimiento personal”, afirmó.

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