Tan solo en 2019, se estrenaron 350 nuevos minutos dedicados a analizar la vida de Ted Bundy, más de cuatro décadas después de que asesinara a más de 30 mujeres en Estados Unidos. El documental Conversaciones con asesinos: las cintas de Ted Bundy recopilaba sus confesiones en varias entrevistas de archivo. Y la cinta de ficción de Netflix Extremadamente cruel, malvado y perverso añadía glamur y atractivo sexual a su figura a través de la interpretación de Zac Efron.
A pesar del tiempo que se ha dedicado al asesino de mujeres en los últimos años, la directora Trish Wood echaba de menos algo en casi todas las narraciones en torno al personaje: que se diera verdadera voz a sus víctimas y supervivientes. “Todo el mundo conoce a Ted Bundy, pero casi nadie puede nombrar a ni una sola de las mujeres a las que mató”, cuenta Wood a EL PAÍS por teléfono.
En la miniserie de cinco capítulos Ted Bundy: enamorada de un asesino, que ya está disponible en Amazon Prime Video, la narración del ascenso del feminismo de la década de los setenta en Estados Unidos transcurre en paralelo a los impulsos homicidas de quien, esta vez, no es el protagonista absoluto del relato. “El feminismo necesita hacer una relectura de muchos hechos históricos. Y esta parte de la historia reciente necesita más contexto y menos opiniones del asesino”, defiende la cineasta.
Por vez primera hablan largo y tendido ante una cámara las dos mujeres que convivían con Bundy justo antes de que iniciara una oleada de asesinatos y violaciones que pudo afectar a un centenar de mujeres, aunque solo existan pruebas de una tercera parte de esos crímenes. Wood entrevista a la que era la novia del asesino en ese momento, Elizabeth Kendall, y su hija, Molly, a quien Bundy crió cuando era una niña como si fuera suya.
Kendall repasa su emocional álbum de recuerdos con quien parecía el hombre perfecto. Se conocieron en una fiesta en 1969. Él, atractivo y de porte elegante, acompañó a casa a la joven e insegura madre soltera al acabar la noche. En vez de intentar mantener relaciones sexuales con ella, la acostó en la cama. Al despertarse a la mañana siguiente, ella le encontró en la cocina preparando el desayuno a su hija y pensó que era el hombre de su vida.
Elizabeth Kendall, en un momento de Ted Bundy: enamorada de un asesino
Pero la serie se construye también de otras vivencias. Por ejemplo, las de Carol DaRonch, que logró huir de Bundy cuando intentó secuestrarla en 1974, o las de las compañeras de piso de Lynda Healy, que desapareció ese mismo año.
El objetivo de la directora de la serie no es tanto el de analizar o comprender la mente del agresor —“simplemente era un misógino”, dice— como el de explicar las consecuencias que tuvo en un gran número de mujeres. Ted Bundy: enamorada de un asesino ofrece un concepto de víctima mucho más amplio de lo habitual. En esta miniserie, no solo las mujeres asesinadas o las que fueron atacadas y sobrevivieron lo son. “Los actos de Bundy cambiaron la forma de ver la vida de las mujeres que confiaron en él, de las que conocían a las asesinadas e, incluso, de las que veían en las noticias lo que estaba ocurriendo cerca de sus casas. Todas ellas recibieron un mensaje muy violento sobre lo que entonces suponía ser mujer”, explica Wood.
Desde las comedias televisivas a la publicidad de la época, estos cinco capítulos repasan el papel que se adjudicaba a la mujer en la sociedad de los sesenta y setenta; el que imponía la ley. Era un momento en que las mujeres no podían abrir una cuenta bancaria sin el permiso de un hombre y a las que se les recomendaba, en caso de agresión sexual, “no resistirse aunque duela porque, de lo contrario, va a doler más”, como puede verse en un vídeo educacional de archivo que la directora ha recuperado para la serie. El ascenso del feminismo logró romper con buena parte de esa dinámica.
Aunque se cambie la narrativa en torno a Bundy, ¿rodar más documentales o películas sobre él y publicar artículos al respecto no es una forma de seguir alimentando el mito de un narcisista? “Es una pregunta que siempre flotaba en el ambiente mientras trabajábamos en la serie. Pero, en definitiva, era importante incluir la perspectiva de género en torno a una figura que sigue siendo recurrente en los medios actuales. Años después de sus crímenes, un hombre mató con un rifle a 14 de ellas en una universidad de Montreal tras escribir en una nota que el feminismo le llenaba de ira. Es importante recordar que todo esto ocurrió porque, sencillamente, existía odio hacia las mujeres”, recuerda la directora.
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