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La silenciosa explosión de Martin Zubimendi

Su evolución y explosión han sido silenciosas. Martin Zubimendi (Donostia, 1999) se ha ido haciendo un sitio en el ‘once’ tipo de la Real sin hacer ruido y sin el estruendo procedente de las gradas, ya que pertenece a la ‘generación 19’, esos jugadores crecidos en Primera a partir del confinamiento a causa del covid y por lo tanto sin aficionados ni alma en los estadios. El canterano de Ulia celebra hoy, 28 de abril de 2021, el segundo aniversario de su soñado estreno en Primera División, que fue ante el Getafe en Anoeta (2-1) en un día como el de hoy de hace dos años, ya de la mano de Imanol Alguacil y con el fondo norte de Anoeta todavía construyéndose. Es el único encuentro de los 47 que Martin ha disputado con el primer equipo con seguidores llenando el graderío. En Rijeka también se topó con parte de la hinchada local.

La de Zubimendi ha sido una eclosión meteórica. Tuvo que esperar casi otro año para volver a vestirse la camiseta del primer equipo, del que fue el elemento más regular y fiable en el mes y medio de plomo tras el confinamiento del pasado curso, periodo marcado por la proliferación de lesionados y la espesura en el juego. Esos últimos nueve encuentros ligueros fueron como un máster para el ‘36’, una mili de la que volvió hecho un hombre. Tanto, que el verano pasado rubricó una merecida renovación hasta 2025, con una cláusula de rescisión de 60 millones de euros.

El alumno aventajado

El donostiarra es el prototipo de alumno aventajado, el futbolista que a todos los entrenadores les gustaría tener: una esponja para asumir conceptos, un currela de lo físico, siempre dispuesto para la misión que le encomienden en la posición donde sea más necesario -pivote, interior, incluso central-. Él mismo reivindica las enseñanzas del mejor maestro que pudo tener para un futbolista de su demarcación, Xabi Alonso, aunque su técnico más influyente ha sido Imanol, bajo cuyas órdenes ha disputado sus 47 encuentros en el primer equipo y 14 de los 50 en el filial. En el Sanse también fue instruido por Alonso en 25 ocasiones y por Aitor Zulaika en 11.

Zubimendi es el último exponente de una cantera especializada en fabricar mediocentros de alto standing. Su irrupción provocó el retraso en la posición de Zubeldia, que se no añorara a Illarramendi y que Merino y Silva ofrecieran lo mejor de su fútbol sabiéndose protegidos. A la espera de que los Turrientes, González
de
Zárate y compañía derriben la puerta, su fortaleza física, la habilidad innata para ser vencedor en las disputas y la tendencia a jugar hacia adelante y con precisión en los pases le convierten en un centrocampista total y con proyección

De hecho, Zubimendi ya ha disputado 2.202 minutos esta temporada, 37 partidos, en el primer equipo, incluida la final de la Copa. Ha desbancado a Silva, eterno ausente por lesión, del ‘once’ tipo, que es el formado por Remiro; Gorosabel, Zubeldia, Le Normand, Monreal; Zubimendi, Guevara, Merino; Portu, Isak y Oyarzabal.


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