Estamos viviendo en la era de los llamados microsatélites, que están equipados con cámaras térmicas y otras insignias para, por ejemplo, alertar a los agricultores antes de que se dañen los cultivos, predecir sequías y ayudar en el malabarismo de las cadenas de suministro. El cambio climático está haciendo que haya menos tierra disponible para la producción agrícola de alimentos, lo que lleva a regulaciones estrictas sobre el uso de agua y fertilizantes. El agua desperdiciada cuesta ahora 220.000 millones de euros al año, según algunas estimaciones, y se espera que alcance la asombrosa cifra de 2 billones de euros a finales de la década.
Para hacer frente a esto, la empresa con sede en Alemania Puesta en marcha del satélite Constellr ahora ha recaudado $ 10 millones en fondos iniciales, codirigido por Lakestar y VSquared, con la participación de los primeros y nuevos patrocinadores FTTF, IQT, Amathaon Capital, Natural Ventures, EIT Food, OHB Venture Capital, Next Humanity y Seraphim.
Este sistema de monitoreo de agua basado en el espacio verifica la temperatura de la superficie de la Tierra y, pronto, también su composición química. La plataforma también analizará la disponibilidad de agua en todo el mundo, diariamente.
Constellr utilizará el efectivo para desarrollar sus primeros dos satélites, que toman medidas más allá de las longitudes de onda infrarrojas (8-14 micrones) para calcular la temperatura de la superficie y así medir la distribución del agua.
La inversión muestra que hay una inversión continua en infraestructura espacial que sale de Alemania.
Lakestar y Vsquared también son inversores en la startup espacial Isar Aerospace, lo que demuestra que Europa sigue el ritmo de geografías como EE. UU. y China en una era en la que la soberanía espacial es más importante que nunca.
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