La surrealista interpretación en la que se amparan los que ven válido el gol del Sevilla

El Sevilla, con un gol del lateral argentino Marcos Acuña en la segunda parte, se llevó una polémica victoria (1-0) y sacó a la luz las carencias del
Atlético de Madrid
, que sigue líder pero con una diferencia ínfima respecto a Real Madrid y el Barcelona.

El partido se decidió en una jugada que está dando mucho que hablar. El gol de Acuña llegó en una jugada que comenzó con una clamorosa mano, que reclamó el Atlético, de Ocampos, que sirvió para recuperar el balón. Nada menos que más de medio minuto y 14 pases después de dicha acción, en la misma jugada no lo olvidemos, el balón acabó en la red de Jan
Oblak y sentenció al equipo colchonero cuando mejor estaba.

El colegiado Gil
Manzano, que estaba de frente a la jugada en todo momento, vio claramente como el argentino del Sevilla sacó el brazo para intentar cortar el pase de Trippier, que de hecho lo logró y su equipo recuperó el balón. Sin embargo, no señaló la infracción inicial.

¿Cree que los árbitros serán decisivos si el Atlético pierde LaLiga?

  • No, será por cuestiones deportivas.


  • Sí, en los momentos clave el Atlético es perjudicado.


  • A medias, pesan las decisiones pero también el bajón de rendimiento del equipo.




¿Por qué no entró el VAR a corregir la situación? Pues porque por lo visto, en una de las últimas reuniones de los colegiados, de cara a esta temporada, se trató precisamente este supuesto y se llegó a la determinación de que si las jugadas proseguían y pasaba tiempo, el videoarbitraje no tenía nada que decir. Sólo en caso de que la mano fuese inmediata al gol se debía entrar desde la sala de VAR.

“Pasaron 38 segundos entre la mano del argentino, que Gil Manzano consideró involuntaria, al gol de Acuña. La mano tiene que ser inmediata para anularlo y no es el caso”, afirmó Andújar Oliver en Radio Marca para explicar lo absurdo de la situación actual.

Es decir que, un supuesto, en caso de que un jugador recuperase literalmente el balón con las dos manos en su área -sin que, por ejemplo Gil Manzano, de frente a la jugada, lo viese o sí que lo viese pero interpretase que no era mano- y lanzase un contragolpe que acabase en gol después de medio minuto, el VAR no podría señalar lo incuestionable de la injusticia. Es decir, que los equipos están a merced de que, por ejemplo el Gil Manzano que arbitre se coma una mano clamorosa que puede acabar costando una liga. Mala suerte que tuvo el Atlético

Aquí puedes ver el resumen del partido


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