La identidad del célebre asesino en serie londinense, Jack el Destripador, parece haber sido revelada por la tataranieta de un policía británico del siglo XIX que investigaba los crímenes. La mujer asegura que quien mató a al menos seis prostitutas en el barrio de Whitechapel en 1888 era un cigarrero local llamado Hyam Hyams, que sufría de epilepsia y alcoholismo.
Los asesinatos de Jack el Destripador constituyen uno de los principales casos sin resolver del Reino Unido. El criminal se hizo famoso por su cruel modus operandi que consistía en cortes en la garganta, mutilaciones genitales y en el área abdominal, extirpación de órganos y desfiguración de los rostros.
Ahora, la escritora Sarah Bax Horton, quien es descendiente de un agente de Scotland Yard, va a publicar un libro el próximo mes revelando la gran incógnita con registros médicos que demuestran que Hyams, de 35 años, tuvo una lesión que le impedía «doblar o estirar» el brazo izquierdo. Estos documentos, sacados de hospitales y manicomios, también indican que tenía un problema en la rodilla y padecía una forma grave de epilepsia, con ataques regulares. Algo que coincide con la descripción de los testigos de la época que sostuvieron que el sospechoso tenía unos 30 años y un brazo rígido y problemas en las rodillas.
La autora también halló similitudes entre su estatura y complexión y las descripciones de los testigos. Pero ¿cuál fue el destino de Jack el Destripador? Según los documentos de Bax Horton el hombre fue internado en un manicomio en septiembre de 1889 y murió en 1913.
La autora, que dispone también de las investigaciones de su tatarabuelo, llegó a la conclusión de que el deterioro físico y mental de Hyams lo llevó a cometer los asesinatos. Anteriormente, había atacado a su esposa y a su propia madre con un cuchillo de carnicero.
Ahora bien, ¿por qué no se detuvo a Hyams como sospechoso? Según cuenta Bax Horton la policía disponía de una «larga lista» de posibles sospechosos sin embargo, «nunca antes se había estudiado a fondo» su perfil como el posible asesino en serie.
Según el medio británico The Telegraph, Paul Begg, experto en el caso, apoya su hipótesis y califica la investigación de Horton de “libro bien documentado, bien escrito y muy necesario”.
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