La tercera ola eleva el paro por encima de los cuatro millones de personas cinco años después

Varias personas hacen cola ante la puerta de oficina de empleo en València.
Varias personas hacen cola ante la puerta de oficina de empleo en València.Rober Solsona / Europa Press

España ha vuelto a superar los cuatro millones de parados registrados en las oficinas de empleo cinco años después. Las restricciones de la tercera ola impulsaron el número de desempleados en febrero en 44.436 personas y se llegó a los 4.008.789 parados. Se superó así ese simbólico listón que no se rebasaba desde abril de 2016. Aumentó algo la afiliación a la Seguridad Social, ganó una media de algo más de 20.000 cotizantes con empleo, según los datos divulgados este martes por los Ministerios de Trabajo y Seguridad Social. Pero ese incremento es mucho menor que el de otros años y, además, la media de afectados por ERTE creció en 91.500.

Las empresas ya muestran síntomas de agotamiento en una crisis que ya roza un año de duración. Febrero suele ser un mes de transición en el que el empleo, medido con la afiliación a la Seguridad Social, rebota tras el habitual hundimiento de enero. Este año también ha subido algo y deja la cifra total en 18,85 millones de afiliados, pero ese rebote está lejos del registrado en los ocho años precedentes. Las restricciones de la tercera ola se han notado bastante en la contratación y la caída en la agricultura, provocada por el fin de la campaña de la aceituna, apenas se ha visto compensada por otros sectores.

También se nota el golpe de la tercera ola de la pandemia en el número de afectados por ERTE. Las limitaciones a la actividad y los movimientos han sido intensas en prácticamente toda España, excepto Madrid. Así, febrero ha acabado con casi 900.000 empleados con sus empleos suspendidos o las jornadas de trabajo reducidas. A primera vista, esta cifra supone un incremento sobre la conocida el mes pasado (cerca de 740.000), pero estos números se van corrigiendo prácticamente a diario por el decalaje que hay entre la comunicación del ERTE, su tramitación y el alta definitiva. Así que cuando se observa esa serie revisada hay apenas una ligera mejora y se aprecia que desde finales de enero, cuando se superaron los 900.000 afectados, la situación ha cambiado poco. No obstante, la cosa cambia cuando se toman los datos medios, que reflejan mejor el comportamiento a lo largo del mes y no en un momento concreto. En este caso hay un incremento de 91.511 afectados, hasta los 910.000.

De las malas cifras de febrero habla también el dato desestacionalizado de afiliación. Según esa cifra, en la que se eliminan de la estadística los efectos que puedan tener en el mercado laboral las campañas agrícolas o las temporadas turísticas, la afiliación cayó en más de 30.000 personas.

Habrá que esperar a marzo para ver si se confirma este mal dato o la perspectiva de una Semana Santa con cierto alivio en las medidas de lucha contra la pandemia que están tomando las comunidades autónomas mejoran la situación laboral. Otro buen termómetro serán los datos de la próxima encuesta de población activa, el mejor medidor de lo que sucede en el mercado de trabajo. No obstante, sí que puede empezar a adelantarse que este primer trimestre del año no está siendo como el último de 2020, que mejoró las lúgubres previsiones de los analistas.

Estas cifras ponen de relieve que los ERTE, las ayudas a los autónomos (que han llegado a 361.000 en febrero) y los avales del ICO se quedan cortos para sostener a las empresas. El debate sobre un nuevo plan de ayudas —el presidente del Gobierno avanzó que llegaría a 11.000 millones, con foco especial en hostelería y comercio— está abierto. El BCE ha subrayado que España es uno de los países que menos ayuda ha concedido para contener el desplome económico provocado por la pandemia. A las reclamaciones de inyecciones directas a las empresas de los sectores más afectados (Hostelería, Turismo, Transporte) se suma el Banco de España y varios ministros del Gobierno —no solo del área de Unidas Podemos— frente a la posición más conservadora de la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño.

En vídeo, declaraciones de Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo y Economía Social.EFE/Chema Moya / VÍDEO: EUROPA PRESS

“Los datos parecen demostrar que las ayudas no son suficientes”, ha explicado el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, al analizar los datos divulgados esta mañana, sin entrar a concretar si es partidario de dar ayudas directas a las empresas. A pesar de mostrarse partidario de dar más respaldo público al sector privado, Pérez Rey también ha añadido que, en su opinión, “los instrumentos [en referencia a los ERTE] sí que están funcionando”. No obstante, Pérez Rey también ha anunciado que el Ministerio de Trabajo ha convocado a los agentes sociales, al Banco de España y al Consejo Económico y Social para “hacer un diagnótico compartido y empezar a buscar soluciones en una crisis que es sanitaria, pero en la que hay que intentar blindar el mercado de trabajo de las consecuencias sanitarias”.

Por su parte, su homólogo de la Seguridad Social, Israel Arroyo, ha relacionado estrechamente los malos datos de febrero con la tercera ola. “No tenemos que pensar que esto va a truncar una evolución positiva”, ha señalado con un tono positivo.


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