La 'tuiterización' del debate del MVP

La 'tuiterización' del debate del MVP

A estas alturas de la película no creo que nadie vaya a descubrir que las redes sociales que utilizamos habitualmente se han convertido en una cámara de eco. Normalmente solemos seguir e interactuar con gente con ideas similares a las nuestras, y por eso las redes cada vez nos aíslan más de aquellos que opinan diferente a nosotros, nos enfrentan a ellos, y nos ratifican aún más en nuestras propias creencias. Dicho de otra manera, cada vez nos radicalizan más.

El debate deportivo no es ajeno a este fenómeno, y un claro ejemplo es cómo ha evolucionado la conversación sobre los merecedores al premio MVP de la temporada en la NBA. Siempre ha habido polémicas y debates acalorados, claro que sí. Aún hay quien no entiende cómo es posible que Michael Jordan no ganase el MVP en 1997 a pesar de promediar 29,6 puntos por partido y ganar 69 encuentros con sus Chicago Bulls. Se argumenta que Karl Malone lo ganó simplemente “porque ya le tocaba”, algo que podría aplicarse a esta misma temporada. O tenemos a los hinchas de Kobe Bryant, que aún defienden, y con buenos motivos, que es una aberración que terminase su carrera con solo un MVP.

Lo de las últimas temporadas, y esta última en la que nos encontramos en especial, parece haber ido un poco más allá. El debate ha subido de revoluciones hasta tal punto que ha habido muchos periodistas y analistas de la liga que han terminado quemados y decidiendo apartarse de las discusiones. El fenómeno de las hot takes –las opiniones radicalizadas de forma consciente– se ha juntado con la imparable violencia dialéctica de las redes, con los trols, y han hecho que el debate fuera insoportable. Los pros de uno, los haters del otro. Y nuevos factores que han contribuido a radicalizar la conversación.

‘Analytics’ vs. Clásicos

Visto desde el punto de vista de las estadísticas avanzadas, llamadas comúnmente analytics, Nikola Jokic es un jugador de videojuego al que se le han inflado todos sus atributos. Estos números se suelen llamar avanzados porque van más allá de los puntos, rebotes y asistencias tradicionales para tratar de valor en mayor profundidad estadística el impacto en el juego.

El serbio domina en casi cualquier fórmula avanzada que se quiera utilizar: PER, Win Shares, Box Plus Minus, VORP, LEBRON, RAPTOR… todas ellas miden elementos diferentes del juego, y en todas ellas el primer clasificado es el jugador de los Denver Nuggets. Aquellos que creen a pies juntillas en la religión de las analytics irían a la guerra con la bandera de Jokic.

Nikola Jokic, durante un partido de primera ronda de playoffs

David Zalubowski / LaPresse

En el otro lado tenemos a Joel Embiid y sus seguidores. El jugador camerunés nacionalizado francés y estadounidense también tiene un impacto tremendo en el juego y en las estadísticas avanzadas. Es muy completo, dominando el juego desde el ataque y también desde la defensa, parcela que siempre se ha considerado el punto débil del serbio. Embiid es tan bueno que ha terminado segundo en la mayoría de las fórmulas mencionadas anteriormente en esta temporada. Pero no llega a las cifras de Nikola Jokic, y eso hace que muchos sus incondicionales hagan una enmienda a la totalidad de las analytics. Aunque en menor medida, algunos de los seguidores de Giannis Antetokounmpo también se alinean en este bloque.

Por ello, el debate del MVP se ha convertido también en una contraposición de formas de ver el deporte. Los más clásicos, aquellos que se guían por sus sensaciones y desconfían de las estadísticas, los de “el baloncesto se juega en la pista, no en una hoja de cálculo”, parecen haberse alineado más con Joel Embiid. En el otro lado, los analíticos, con las fórmulas y la calculadora, capaces de encontrar estadísticas que dicen incluso que Jokic es un gran defensor, aunque nuestros ojos no nos digan lo mismo.

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Joel Embiid y Giannis Antetokounmpo, durante un enfrentamiento en temporada regular

Jeffrey Phelps / LaPresse

En el medio, los que conformamos la gran mayoría, ni de un bando ni de otro, utilizando las estadísticas en mayor o menor medida, intentando encontrar el equilibrio entre lo que nos dice nuestra vista y lo que dicen los números, entre lo clásico y lo moderno. Una gran mayoría en muchos casos indecisa entre jugadores de enorme talento, y silenciada por el vocerío de aquellos que se atreven a decir que uno de los candidatos debe ser el ganador por encima de otro sin dar lugar a “ningún tipo de dudas”.

El factor histórico y la ausencia del héroe local

Latente en el fondo de todo este asunto hay un factor histórico que no podemos obviar. Solo hay tres jugadores en la historia que hayan ganado tres MVPs consecutivos. Bill Russell y Wilt Chamberlain lo lograron en los años 60, pero desde entonces solo lo hizo Larry Bird, ganando en 1984, 1985 y 1986. Ni siquiera los jugadores más dominantes de la historia, Kareem Abdul-Jabbar, Michael Jordan y LeBron James, quizás los tres más grandes de siempre, lo lograron. Ni Stephen Curry. Ni Magic Johnson.

La temporada de Nikola Jokic ha sido sublime, a la altura de los dos años en los que fue premiado. En una realidad alternativa en la que aún no hubiera ganado ninguna vez el premio, probablemente sería el ganador. Pero en nuestra realidad eso supondría que lograra algo solo conseguido hasta ahora por Russell, Chamberlain y Bird. Y muchos votantes no querrán colocarle en esa conversación.

Y hay un último punto interesante. Puede que la NBA goce de su momento de mejor salud económica, habiendo dejado atrás incluso el impacto negativo de una pandemia global. O que su selección nacional siga manteniendo el dominio en aquellas citas que realmente les importan (es decir, en los Juegos Olímpicos). Pero hace ya unos años que los jugadores que terminan peleando por el premio individual más importante de la temporada llegaron a Estados Unidos con el pasaporte de otro país.

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James Harden, el último MVP estadounidense de la NBA

NBAE

El último MVP estadounidense fue James Harden en 2018. Cuando Giannis Antetokounmpo le ganó el duelo al año siguiente se rompía una racha de 11 MVPs estadounidenses consecutivos, desde Dirk Nowitzki en 2007. Pero la barba ha sido el último en llevarse el galardón hasta el momento, cumpliendo esta temporada el quinto año de sequía si no nos hacemos la trampa de que Embiid ha adoptado la nacionalidad estadounidense.

Las ganas de los medios locales y de la propia liga de encontrar a alguien nacido en sus tierras que vuelva a meterse en el debate son más que evidentes, pero entre los principales candidatos los más sólidos ya peinan canas o calvas y se pierden muchos partidos (Kevin Durant, Stephen Curry, LeBron James), y entre los más jóvenes encontramos a un Jayson Tatum que no termina de dar el salto definitivo, un Devin Booker que probablemente esté siendo infravalorado, o un Ja Morant que tendrá que trabajar duro para rehabilitar su imagen después de un año con golpes constantes a su reputación fuera de las pistas.

Mientras llega ese mesías local, el juego parece estar en las manos de los Embiid, Jokic, Giannis, quién sabe si Luka Doncic si los Dallas Mavericks encuentran una forma de estar a la altura. Solo queda esperar que el previsible premio a la temporada de Embiid calme las aguas y en el futuro tengamos debates mucho más sanos.




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