La UE quiere recaudar más de 140.000 millones con su plan para gravar los beneficios extraordinarios de las energéticas

La UE quiere recaudar más de 140.000 millones con su plan para gravar los beneficios extraordinarios de las energéticas

Coraje, solidaridad, resistencia. La guerra en Ucrania y una atmósfera de cierta emergencia sobrevuelan Europa. En una Unión que convive con un conflicto a gran escala por primera vez desde su fundación, en un club que se enfrenta a amenazas de desestabilización externas —del autócrata Vladímir Putin y con el auge de China— e internas, con un clima de descontento y el aumento de la ultraderecha, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha instado a mantener la unidad y el empuje. Con la guerra de Rusia contra Ucrania, ha dicho Von der Leyen ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, “hemos recuperado la fortaleza interna de Europa”. “Y necesitaremos toda esa fuerza porque los meses que llegan no van a ser fáciles para nosotros”, ha advertido la líder del Ejecutivo comunitario este martes en un discurso extenso sobre el Estado de una Unión, que vive tiempos difíciles, y en el que ha tratado de hacer pedagogía también sobre la crisis energética y la necesidad de gravar los enormes beneficios extraordinarios de las energéticas gracias a ella, con medidas con las que Bruselas prevé recaudar más de 140.000 millones de euros.

“Estas empresas [energéticas] están obteniendo unos ingresos con los que no contaban, con los que ni siquiera soñaban”, ha incidido Von der Leyen. “En los tiempos en los que vivimos no puede ser que algunos obtengan unos beneficios extraordinarios y sin precedentes gracias a la guerra y a costa de los consumidores. En estos momentos, los beneficios deben compartirse y canalizarse hacia quienes más los necesitan”, ha añadido.

Son medidas que hace un año habrían chirriado en boca de una conservadora como Von der Leyen (Partido Popular Europeo) pero que reflejan una situación extraordinaria. Un tiempo peliagudo en el que seguirá dominando la reacción a la guerra de Rusia contra Ucrania y a una crisis energética cuyo golpe pudo ser más liviano, con menos dependencia del gas ruso que el Kremlin brindaba relativamente barato durante años y que ahora Putin utiliza como arma contra la UE, pero que Von der Leyen se ha propuesto atajar. “Hay mucho en juego, no solo para Ucrania, sino para toda Europa y para todo el mundo” ha dicho Von der Leyen, que ha hablado no solo de la guerra de Putin contra Ucrania, sino también de su guerra energética contra Europa. “Se nos está poniendo a prueba”.

La alemana Von der Leyen, que fue ministra de Defensa de su país, ha adoptado desde el principio de la invasión a gran escala una postura férrea contra el “chantaje” de Putin y ha vuelto a ahondar en ella este miércoles en Estrasburgo, ante los europarlamentarios. También ante una invitada de honor, Olena Zelenska, la esposa del presidente ucranio, Volodímir Zelenski, con la que viajará de nuevo a Ucrania, una “nación de héroes”, ha dicho. “Con nuestro valor y fuerza necesarios, Putin fracasará y Europa y Ucrania vencerán y prevalecerán”, ha remarcado Von der Leyen, que se ha convertido ya en la presidenta de las crisis y que ha insistido en la necesidad de mantener la solidaridad “inquebrantable”. Con Ucrania, solidaridad entre países, solidaridad entre la ciudadanía ante un invierno que apunta frío, duro y aún más fatigante en un mundo que todavía hace balance de los daños de la pandemia de coronavirus.

La esposa del presidente de Ucrania, Olena Zelenska (izquierda), junto a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y la de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, este miércoles en Estrasburgo.
YVES HERMAN (REUTERS)

Ucrania ya es candidata a la UE y Von der Leyen ha subrayado el apoyo de 18.000 millones de euros que la Unión ha aportado para mantener el país a flote (con fondos, sin embargo, todavía congelados por el debate sobre si deben ser préstamos a muy largo plazo o subvenciones). La presidenta de la Comisión ha hablado de más detalles que acercan a este país al club comunitario, como la medida que le va a incluir en la zona libre de roaming y fórmulas para acceder al mercado interior. En un momento en el que Kiev aguarda más apoyo occidental para resistir y para continuar con una contraofensiva exitosa con la que ha logrado expulsar a las fuerzas rusas de partes estratégicas de la franja oriental, no ha mencionado nuevas sanciones contra Rusia ni nuevo apoyo a las autoridades ucranias en materia de defensa.

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Las sanciones contra Rusia funcionan, ha dicho Von der Leyen —que ha intervenido alternando el francés, el inglés y el alemán—, y ya están afectando no solo a la capacidad de mantener la guerra del Kremlin, sino también a su industria, en la que los aviones están reutilizando piezas de otros aparatos para poder seguir volando.

Pero ha sido la energía y una sensación de urgencia lo que ha dominado el discurso de Von der Leyen —que ya ha cruzado el ecuador de su mandato de cinco años—, una alocución amplia en la que ha tocado prácticamente todos los planos, desde la crisis de suministros a la salud mental. El año pasado, por ejemplo, no hizo referencia a la energía, que hoy domina no solo las líneas de nueva política comunitaria sino también el pensamiento de muchos hogares europeos. La presidenta del Ejecutivo comunitario se había guardado adecuadamente para este miércoles —en el que le tocaba dar cuenta de su gestión y marcar las líneas de actuación para el curso— la nueva regulación con la que Bruselas aspira a recortar los beneficios extra de las energéticas, que han visto como esta crisis de suministro manejada por Putin está dándoles una enorme e inesperada rentabilidad económica debido a los altos precios, y también a gravar las energías fósiles, como adelantó .

Von der Leyen ha insistido en que su propuesta de gravar a las energéticas recaudará más de 140.000 millones de euros (117.000 millones de las llamadas “inframarginales”, como las renovables, y 25.000 millones de las petroleras y gasistas, según precisó después la comisaria de Energía, Kadri Simson) para que los Estados miembros amortigüen el golpe directamente. “Millones de europeos necesitan ayuda”, ha remarcado Von der Leyen, que para muchos llega tarde a abordar un problema, el de la dependencia del gas ruso que Putin bombeaba barato, y los combustibles fósiles, que se pudo prevenir. La propuesta de Bruselas, que deben aprobar los ministros de Energía de los Veintisiete en una reunión el 30 de septiembre en la capital comunitaria, recaudara por un lado de las energéticas y por el otro relajará las normas sobre ayudas de Estado para facilitar el rescate de las compañías energéticas en dificultades.

Apoyo del Partido Popular Europeo al gravamen a las energéticas

La intervención en el mercado y las tasas a las energéticas (que Bruselas denomina con eufemismos, como “tope de ingresos” o “contribución solidaria”) que traza el paquete de medidas esbozado por Bruselas tiene el respaldo del Partido Popular Europeo, ha remarcado su presidente Manfred Weber, tras la intervención de Von der Leyen. “Los precios son inaguantables”, ha remarcado. Sin embargo, en España, el PP de Alberto Núñez Feijóo se opuso este martes, junto a Ciudadanos y la ultraderecha de Vox, a la tramitación de la propuesta del Gobierno para crear un gravamen extraordinario y temporal a los bancos y las grandes compañías energéticas, que, sin embargo, obtuvo la luz verde del Congreso.

El paquete de medidas de la Comisión Europea cuenta también con el apoyo del grupo de los socialistas y demócratas europeos. Su presidenta, Iratxe García, ha resaltado este miércoles la necesidad de apoyar a la ciudadanía. También de cerrar filas frente a la ultraderecha. “El Estado de nuestra democracia, en este momento histórico, me parece tan frágil como nuestra economía”, ha dicho García. “Fantasmas que pensábamos que se habían ido, están regresando. Que partidos profascistas puedan ganar elecciones en Europa, con la aprobación del Partido Popular Europeo, es motivo de gran preocupación”, ha añadido.

En este contexto, los envíos de gas ruso por gasoducto a la UE han caído hasta el 9% desde el 41% el año pasado, según datos recopilados por el servicio de la Comisión Europea. La reducción del suministro, que ha aumentado los precios en un mercado volátil y muy sensible, está agujereando aún más los bolsillos de la ciudadanía, muy afectados por la inflación. La perspectiva de un invierno de la ira, con manifestaciones ya en República Checa (país, además, que ostenta la presidencia de turno de la Unión) y en Alemania está agitando ya a los Veintisiete, mientras la ultraderecha busca capitalizar ese malestar por la carestía de la vida y los precios de la energía por las nubes. La Unión hoy no solo se enfrenta a alborotadores y a fuerzas de desestabilización externas, como Rusia, sino también internas, con la ultraderecha —a un paso del Gobierno en Suecia y en Italia— a la que no ha hecho referencia Von der Leyen, que sí ha anunciado medidas para combatir los “caballos de troya” que pueden atacar la democracia de la UE desde dentro, enviados por autocracias.. Su grupo, el de los populares europeos, está en cierta medida pavimentando ese avance de la extrema derecha.

Con la lección de la energía y de la pandemia, en la que ya se apuntó una crisis de suministros, Von der Leyen ha anunciado también una propuesta normativa para que la UE dependa menos de las materias primas que llegan de fuera y de proveedores únicos, con medidas comerciales, de diversificación, economía circular y de impulso de producción propia. En el nuevo curso, la política industrial también tendrá un lugar estratégico en la política comunitaria, con un “fondo europeo de soberanía” para proyectos que hagan que la economía de la Unión sea más autónoma. Von der Leyen también apuntó que la UE va a poner el foco en nuevos acuerdos con países como India, México, Chile y Nueva Zelanda.

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