EL PAÍS

La UE reconoce el esfuerzo de Ucrania en las reformas pero avisa de que no hay atajos para la adhesión

El presidente Volodímir Zelenski ha dejado claro a la Unión Europea que Ucrania quiere la adhesión cuanto antes. “Esperamos empezar las negociaciones para la integración este año”, ha asegurado el líder ucranio en una conferencia de prensa tras la histórica cumbre UE-Ucrania que ha llevado a Kiev a los líderes de las instituciones comunitarias en medio de la guerra lanzada por Rusia. “La integración de Ucrania es irreversible”, ha insistido. A su lado, en una de las suntuosas salas del palacio presidencial, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, han resaltado sus “esfuerzos” y los “pasos” dados para cumplir los requisitos de integración, pero también le han recordado que el programa no tiene atajos. “Es un proceso basado en los méritos”, ha insistido Von der Leyen, “no hay plazos rígidos, pero hay objetivos que hay que alcanzar”.

Ucrania recibió la etiqueta de país candidato en junio, solo tres meses después de presentar su solicitud, en uno de los momentos más intensos de la agresión rusa, que está a punto de cumplir un año. Su admisión como futuro miembro fue verdaderamente exprés. Y eso ha preocupado a algunos Estados miembros, que no quieren que el avance sea demasiado rápido y se pierdan elementos por el camino en las reformas requeridas en el campo de la justicia, la persecución de la corrupción y el respeto por las minorías que residen en el país. A final de año, tras el informe de la Comisión Europea sobre los avances, los Estados miembros deberán responder entonces a la pregunta de “cuáles serán los próximos pasos a seguir”, ha apuntado Michel.

La esperada cumbre, que ha sido el colofón a dos días de intensas reuniones sin precedentes entre la cúpula de la UE y el Gobierno ucranio en un claro gesto de apoyo, se ha celebrado en el Palacio Mariinski de Kiev, construido por orden de la emperatriz rusa Elizaveta Petrovna en 1744. Un decorado de otros tiempos, muy lejos de que los ambientes militares a los que Zelenski ha acostumbrado a la ciudadanía y a sus visitantes. La guerra, sin embargo, ha estado en cada detalle: en el jersey militar negro con el escudo ucranio de Zelenski, en muchos de sus ministros con el traje caqui ocupando las primeras filas, en los “gloria a Ucrania” que Zelenski, Michel y Von der Leyen han recitado.

El recordatorio más presente del conflicto estaba en el exterior. Rusia no ha dejado que Ucrania olvide ni un día que la guerra sigue y que no tiene intención de parar y desde primera hora de la mañana, las sirenas antiaéreas han sonado en todo el país. También en Kiev, donde la delegación europea ha tenido que aguardar en un refugio antiaéreo. “Esa es la realidad de Ucrania, la prueba viva de que Rusia está fallando estrepitosamente y de que Ucrania está ganando y se mantiene en pie”, ha remarcado Von der Leyen.

Ante los líderes, Zelenski ha vuelto a reclamar más sanciones. Sobre todo al sector nuclear y, en particular, contra la empresa estatal nuclear rusa Rosatom, que da servicio a diferentes países, entre ellos a Hungría, el país comunitario que más se ha significado en la oposición a la estrategia de sancionar a Moscú por la invasión a Ucrania.

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