La última gran noche del Gasca cumple tres años

Borja Santamaría
Donostia

El 21 de abril de 2017 el Gipuzkoa Basket vivió por última vez un ascenso. Fue en el Gasca, el mejor escenario para una gran gesta. Enfrente, el Leyma Coruña. Era la penúltima jornada y el conjunto donostiarra tenía en su mano la posibilidad de poner la guinda a una sobresaliente temporada con una victoria que le aseguraría el primer puesto de forma matemático. No falló.

“Fue un día precioso”, recuerda el arquitecto de aquel ascenso, Porfirio
Fisac. Confinado en tierras extremeños, el técnico rememora aquella tarde en la que el Gipuzkoa Basket volvió a tocar la gloria. “El equipo estuvo a una altura espectacular, desde el primer minuto hasta los últimos segundos. En otros ascensos siempre tienes que sufrir mucho, pero en este caso no fue así”.

Siempre por delante en el marcador, no fue hasta después del descanso (40-36) cuando el conjunto donostiarra comenzó a romper el partido. Con Ricardo Uriz dirigiendo y Tauvydas Slezas dominando en la pintura, los guipuzcoanos ampliaron su renta hasta el 63-53 al final del tercer acto antes de darse un festín en los últimos diez minutos. Xabi
Oroz y Lander
Lasa bombardearon el aro gallego, disparando el marcador hasta el 86-68 final.

Se desató la celebración en el parqué del Gasca. “Recuerdo que el club me dio una sorpresa trayendo a mi mujer y a mis hijos cuando era un día que no esperaba que estuvieran allí con nosotros”, señala Fisac. “Sentí agradecimiento a esa gente que siempre ha apoyado al baloncesto desde medios de comunicación, pasando sobre todo por directivos y patrocinadores, sin olvidarnos de que el gran referente de Gipuzkoa y del deporte profesional tienen que ser siempre sus aficionados. Ellos lo vivieron con una sensación de gozo y eso es lo más importante para mí”.

Fue el colofón perfecto a un año en el que funcionó todo desde el principio. Después de que el GBC diese un paso atrás y descendiese a la LEB pese a que no iban a producirse ascensos a la ACB, Porfi
Fisac formó un equipo joven, con algunos jugadores inexpertos y la batuta de Ricardo
Uriz que dominó la competición desde el inicio. Cinco victorias en los primeros seis partidos y una fortaleza en el Gasca a prueba de bombas (sólo el Ourense fue capaz de llevarse el botín de Donostia), mantuvieron al Retabet GBC en cabeza de la tabla durante prácticamente todo el curso. Cinco victorias en los últimos cinco partidos aseguraron el ascenso directo.

“Fue una temporada muy especial”, explica Fisac. “Era un momento muy delicado del club, con una situación económica muy justa. Irradiamos un gen muy positivo por el grupo de jugadores guipuzcoanos que teníamos y el Gasca nos dio un impulso muy grande “.

Además, el técnico destaca su “afinidad” con “Miguel
Santos, Germán
Cea o Bully
Oyón” y pone en valor la figura de la entonces presidenta, Nekane
Arzallus, “que me mostró, aparte de muchas cosas a nivel personal, una entereza, un criterio y una solvencia dignas de admiración. Fue el gran descubrimiento de ese año”.

Fisac se sacaba de forma brillante la espina del primer descenso. “Me sentí reconfortado por devolver a Gipuzkoa al sitio donde creo que debe estar. Admiro mucho San Sebastián, para mí la ciudad más bonita de España junto a mi Segovia natal, y creo que tanto la ciudad como su entorno merecían regresar a la élite”.