Carlos Sobera recibía en su restaurante a Iker y Julia, dos jóvenes de 26 años con ideas algo distintas. Mientras el joven tenía muchas menos expectativas y acudía al programa para dejarse llevar, ella tenía muy claro el tipo de hombre que quería encontrar para su futuro y no acababa de encajar con el que le habían buscado.
Uno de los mayores desencuentro ha sido cuando Julia ha descubierto que su cita vive con sus padres: “Yo salí de casa de mis padres con 17 años. Hay una cultura aquí de llegar a los 30 en casa de tus padres que no me gusta. No quiero dormir con tus padres bajo el mismo techo”.
Julia, comensal de ‘First Dates’
A Iker, en cambio, no le ha importado que Julia tuviese una hija de siete años: “Me gustan los niños, he trabajado con niños y me da igual que tenga uno, tres o diez”.
“La última relación me hizo mucho daño porque la persona era inmadura“, le explicaba Julia a su cita. “¿Era así desde el principio el chaval o la chavala?“, ha sido la pregunta que Iker le ha hecho y que no le ha sentado nada bien a ella: “¿Qué pasa, que tengo cara de lesbiana?”
Iker y Julia, comensales de ‘First Dates’
“Hay personas bisexuales. ¿Qué cara tiene una persona bisexual? Las personas no creo que tengan cara de”, ha reflexionado el vasco en declaraciones para el programa. A pesar de estas discrepancias y momentos de tensión, él estaba dispuesto a tener una segunda cita. Julia no ha querido darle otra oportunidad porque lo consideraba muy inmaduro e infantil.