La única chica que gana a los chicos

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Por extraño que pueda parecer, es rarísimo que una mujer gane torneos mixtos de ajedrez. La oscense María Eizaguerri, de 16 años, es una excepción por partida doble: en 2019 se llevó el Campeonato de España sub 16 en la modalidad rápida; y hoy, en Salobreña (Granada), el sub 18 en la clásica (partidas lentas). Ninguna otra fémina lo ha logrado en 119 años de historia.

“La pandemia me ha venido muy bien, porque me ayudó a concentrarme en mi entrenamiento. Y justo en el momento ideal, porque un poco antes de que empezara yo había cambiado mi mentalidad hacia el ajedrez. Hace dos años estaba desmotivada, pero entonces todo cambió por completo, y a mejor”, explicó Eizaguerri a EL PAÍS tras la entrega de premios.

De su enorme talento nunca tuvo nadie la más mínima duda. Hija de un matemático-informático, Antonio Eizaguerri, y una genetista, Elena Floris, aprendió a mover las piezas a los cuatro años con un vecino en Cuarte (Huesca). A los siete fue campeona de España femenina sub 8, y 4ª de Europa. A los diez era la mejor del mundo de su edad, y así fue hilvanando triunfos, que incluyen (con el de hoy) once títulos nacionales en diferentes edades y modalidades.

María Eizaguerri, hoy en Salobreña, junto a Guerau Masagué (izquierda), subcampeón de España, y Juan Labiano Hernández, 3º
María Eizaguerri, hoy en Salobreña, junto a Guerau Masagué (izquierda), subcampeón de España, y Juan Labiano Hernández, 3ºFEDA

Su primer entrenador profesional, Roberto Cifuentes, la califica como “un genio excepcional, muy talentosa y trabajadora a la vez”. Y recuerda un par de anécdotas que ilustran el carácter de la multicampeona. Una ocurrió cuando María tenía siete años: “Le encantaba dar clases a otros niños, o a sus peluches cuando estaba sola en casa”. La otra, a los ocho: “Dado su inmenso talento, la puse en el grupo de mis alumnos de once o doce años. Con frecuencia, ella era la única que encontraba la solución de los problemas de ajedrez que ponía en un tablero mural. Y como no llegaba, se subía a una silla para mostrarla”.

Los buenos entrenadores nunca le han faltado. Además de Cifuentes, ha trabajado con Jorge Barón, Arthur Kogan, David Martínez, Josep Oms, Sergio Garza, Yuri Kuzúbov y, ahora, Ernesto Fernández. Pero sus padres mantuvieron durante años una gran tensión con la Federación Española de Ajedrez. Ya fuera por ello o por otras razones, el rendimiento de María se estancó durante un largo periodo, hasta que ella misma, ayudada por las condiciones de la pandemia, decidió que merecía la pena exprimir al máximo ese talento privilegiado.

Con los puntos que subirá en el escalafón gracias a este triunfo, Eizaguerri se colocará probablemente entre las cinco mejores del mundo nacidas a partir de 2004. Pero ella no despega los pies del suelo: “No me planteo metas demasiado ambiciosas ni concretas, salvo la de jugar la próxima Olimpiada de Ajedrez [Moscú, agosto de 2022] y lograr el título de gran maestra [la categoría más alta en ajedrez].

Este éxito histórico en Salobreña cambia la manera de ver la vida de una chica que, salvando las distancias, empieza a parecerse a su gran ídolo, la húngara Judit Polgar, la única mujer que ha estado entre los diez mejores del mundo. Y a Beth Harmon (interpretada por la actriz Anya Taylor-Joy), la protagonista de la revolucionaria serie Gambito de Dama (la más vista en la historia de Netflix), que gana indistintamente a hombres y mujeres. “El éxito de la serie ha servido para extender el mundo del ajedrez, para visibilizarlo más y potenciarlo entre las mujeres”, dice María. Y añade: “Y la pandemia también, gracias a internet, sobre todo para mí”.


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