Si te decimos que hay una palabra en castellano que puede pronunciarse, pero no puede escribirse, muy probablemente no nos creerás. Después de todo, estamos acostumbrados a muchas de las más de 93.000 palabras que tiene este idioma según la RAE y no es común encontrarnos con alguna que pueda pensarse o incluso mencionarse en voz alta pero que no se pueda llevar al texto. Esta es la única palabra española que no se puede escribir.
Sin embargo, existe una excepción que bien citan el Diccionario de la Real Academia Española y la Fundación del Español Urgente. Hablamos de una situación absolutamente única que de momento no tiene solución por mucho que los expertos lingüísticos hayan intentado hallarla. A continuación vamos a explicarte de qué palabra se trata, y comprenderás por qué no la conocías hasta ahora.
Cuál es la única palabra española que no se puede escribir
La palabra imposible de escribir es «salle». La unión de la forma verbal sal, como imperativo del verbo salir, con el pronombre enclítico «le». Aunque podemos decir «sal-le» sin problemas, las reglas ortográficas de nuestro idioma no nos permiten escribirla de la misma manera. Dicho de otra forma, podemos mencionarla en nuestras conversaciones pero hay que buscar alternativas a la hora de escribirla.
¿Qué dicen la RAE y la Fundéu sobre la palabra única del castellano?
Las entidades madre del castellano se refieren específicamente a este inconveniente sin igual que se plantea en nuestra lengua, abordando las posibles soluciones existentes para acabar descartándolas todas porque ninguna de ellas se libra de las normativas ortográficas.
En principio, explican que tenemos un obstáculo al unirlas porque cambia su pronunciación y al cambiar la palabra pierde su sentido. También argumentan que debería añadirse un guion para pronunciarla correctamente, pero nos lo impiden las reglas ortográficas.
«Nuestro sistema ortográfico no cuenta con recursos para representar la secuencia fónica consistente en la articulación de dos eles seguidas dentro de una palabra» indica la Real Academia Española; mientras que desde la Fundación del Español Urgente señalan oportunamente que «la mera unión de estas dos palabras da salle, que la obligaría a pronunciarse “sa.lle” o “sa.ye”, con yeismo».
Vale aclarar además que, en 2010, y consultadas sobre su posicionamiento, las Academias de la Lengua decidieron denegar la posibilidad de usar guion sin ofrecer alguna otra alternativa introduciendo así una excepción en el castellano que no tienen casi ningún otro idioma.
Diferente es lo que ocurre con la unión del prefijo “mal” con palabras que empiecen por “l” o “ll”, como en “mal-leído». Sucede que en esos casos está admitida la utilización o añadidura de guiones a voces con prefijos para que sus componentes queden claros.
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