La vacuna de Pfizer-BioNTech contra la covid-19 reduce en un 94% los casos sintomáticos de coronavirus. El ensayo clínico a gran escala que se lleva a cabo en Israel mediante la acelerada inmunización de sus 9,2 millones de habitantes (el 27% de los cuales ya ha recibido las dos dosis) empieza a arrojar resultados. Un estudio del instituto de investigación de la mutua sanitaria Clalit, la mayor del sistema de salud israelí, sobre 1,2 millones de sus afiliados constata la eficacia de la protección registrada entre los 600.000 inmunizados en comparación con la otra mitad no vacunada del grupo de control.
A falta de su revisión definitiva por expertos, esta investigación se presenta como una de las más extensas de las que se tienen noticias. La Universidad de Harvard participó en la validación de los resultados preliminares, que confirman por primera vez la eficacia de la vacuna en un 92% para prevenir los casos más graves de contagio por coronavirus, ya que durante los ensayos clínicos previos no se aportaron datos con validez estadística significativa al registrarse muy pocos enfermos graves. Siete días después de la inoculación de la segunda dosis, la vacuna de Pfizer revela una efectividad de entre el 91% y el 99%, según el estudio publicado el domingo por Clalit.
La investigación se ha efectuado en dos grupos: uno de 170.000 personas mayores de 60 años, y otro de 430.000 individuos con edades comprendidas entre los 16 y los 59 años. El estudio muestra también por primera vez con claridad la efectividad de la vacuna para proteger a los mayores de 70 años. Las pruebas efectuadas por Pfizer antes de que las autoridades sanitarias le dieran vía libre no fueron tan concluyentes, ya que en ellas participaron pocos individuos de esa edad.
El director del instituto de investigación de la mutua, el médico especialista en salud pública Ran Balicer, explica al diario Haaretz que el estudio tuvo que “afrontar el reto de cotejar con nuevos medios y metodologías de control las diferencias entre los grupos de población vacunada y no vacunada, así como los cambios que presentaban durante el periodo de confinamiento (impuesto en Israel del 26 de diciembre al 7 de febrero)”.
Entre ambos colectivos se estableció una comparación paralela entre personas que coincidían en varios criterios, como edad, historial médico, lugar de residencia o riesgo de infección grave. Si a lo largo del estudio una de ellas se vacunaba, pasaba a formar parte del sector de población inmunizada y se añadía un nuevo afiliado al grupo de control. “Ahora parece inequívocamente claro que la vacuna de Pfizer es extremadamente efectiva en la vida real una semana después de la inoculación de la segunda dosis, lo que concuerda con los ensayos clínicos”, concluye el director del instituto de Clalit, centro colaborador de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su eficacia parece aumentar incluso en las semanas posteriores.
Cuando la campaña de vacunaciones se dispone a cumplir esta semana dos meses desde su arranque en Israel, el Instituto de Ciencia Weizmann confirma también una reducción del número de hospitalizaciones por casos graves de covid-19. La reducción en la tasa de ingresos en las unidades de cuidados intensivos se observa en particular entre los mayores de 60 años, un 90% de los cuales han sido ya inmunizados, según informa Reuters, aunque está aumentando entre las personas de menor edad, que recibieron semanas más tarde la inoculación.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que fía al éxito de la campaña de inmunización su reelección en las legislativas del próximo 23 de marzo, asegura que tres de cada cuatro nuevos casos de contagio por coronavirus afectan ahora a menores de 39 años. Israel ha vacunado hasta ahora a 3,9 millones de sus ciudadanos, de los que 2,5 millones han recibido ya la segunda dosis.
“Cauteloso optimismo”
El sistema sanitario del Estado judío cuenta también con 100.000 dosis de la vacuna de Moderna y espera recibir las de otros laboratorios, pero por ahora solo ha inoculado la de Pfizer. El coordinador nacional para la pandemia, Nachman Ash, ha expresado un “cauteloso optimismo” ante la reducción de las tasas diarias de infección, que han caído a la mitad tras un pico a finales de enero de más de 7.000 nuevos casos diarios y un porcentaje de positividad en las pruebas PCR cercano al 8%.
El Gobierno israelí se dispone a incentivar las vacunaciones entre las capas más jóvenes de población, que se han mostrado renuentes a la inmunización, con el objetivo de superar el listón de los 5,5 millones de vacunados y aproximarse a la denominada inmunidad de rebaño. Aquellos que cuenten con el llamado “pasaporte verde”, o cartilla de vacunación certificada por el Ministerio de Sanidad con un código digital, podrán acceder a gimnasios, piscinas, auditorios culturales, estadios y polideportivos, entre otros lugares, así como pernoctar en hoteles (sin servicio de restauración) previsiblemente a partir del próximo día 21, según la decisión inicial anunciada este lunes por el Gabinete gubernamental que gestiona la política de la pandemia.
Netanyahu plantea introducir, anticipa la prensa hebrea, una reforma legal para que las autoridades locales fomenten las inoculaciones, por ejemplo al otorgar prioridad en la concesión de ayudas sociales y acceso a servicios públicos a los inmunizados. Todas estas medidas, que pueden afectar al derecho constitucional a la intimidad, han desatado ya la polémica en Israel.
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