La vacunación de la gripe comienza con la amenaza de una epidemia más intensa que otros años


La campaña de la vacunación de la gripe ha comenzado con un objetivo ambicioso: superar las coberturas del año pasado, que ya fueron un 50% superiores al anterior. El Ministerio de Sanidad pretende que el 75% de los mayores de 65 años reciban el pinchazo (el año pasado fue del 67,7%), el mismo porcentaje que pretende alcanzar con los sanitarios (62% en la anterior campaña) y, al menos, un 60% en embarazadas (61,9% en 2020) y personas de riesgo por enfermedades crónicas. Las autoridades sanitarias temen que la epidemia gripal de esta temporada sea más grave que en años anteriores, después de que en 2020 prácticamente no hubiera casos.

Las recomendaciones aprobadas por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud hacen énfasis en aumentar las coberturas “debido al efecto sinérgico observado entre el virus de la gripe y el SARS-CoV-2″, que multiplica “por dos el riesgo de muerte en caso de coinfección”. Los objetivos de la campaña son, por su vulnerabilidad, los mayores de 65 años, las embarazadas y las personas con patologías como diabetes, obesidad o enfermedades oncológicas, entre otras. También se promueve entre los sanitarios por su contacto con estos pacientes de riesgo y en personas institucionalizadas (en lugares como residencias o prisiones).

Para recibir la vacuna en la mayoría de las comunidades autónomas hay que pedir cita en el centro de salud. Entre los mayores de 70 años se está simultaneando con el tercer pinchazo de la del coronavirus, que se inyecta en el mismo momento, pero en distintos brazos.

El Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha emitido una nota esta semana advirtiendo de que esta temporada puede ser especialmente grave para los mayores. Ya se ha observado la circulación de una variante del virus en Croacia con mayor presencia que la normal en esta época, que afecta “desproporcionadamente” a los mayores y para el que las vacunas tienen “una efectividad menor”. “Las detecciones tempranas del subtipo A (H3N2) son una indicación de que la próxima temporada de gripe podría ser grave, aunque no podemos saber con certeza cómo será”, explica en la nota Pasi Penttinen, directora del programa de gripe del ECDC.

Aunque está por ver lo que sucede, esta advertencia debería servir para aumentar la vacunación, en opinión de Iván Sanz Muñoz, responsable de Vigilancia Virológica del Centro Nacional de Gripe de Valladolid. “Las vacunas de la gripe siempre son subóptimas porque se hacen con meses de antelación. El virus muta muchísimo y no es raro estar viendo estas variantes, pero son buenas para evitar hospitalizaciones y muertes”, señala. Su razonamiento es que, baje o no la efectividad de la vacuna, cuantas más personas en riesgo las reciban, más casos graves se evitarán.

En ese sentido, este experto no es optimista. En la temporada pasada hubo una respuesta mucho mayor que en las anteriores debido al miedo a la covid. “Pero en esta parece que la pandemia se está acabando y la gente le quita importancia a vacunarse, no creo que alcancemos las cifras de 2020″, señala.

Mascarilla, higiene y distancia

El ECDC insiste además en fomentar las intervenciones no farmacológicas que han demostrado que pueden frenar la propagación del virus. “El distanciamiento físico y las medidas de higiene pueden frenar eficazmente la propagación de la gripe. Es especialmente importante considerar esto en lugares como hogares de ancianos y entornos de atención médica. La vacunación contra el SARS-CoV-2 y la gripe también brindan una buena protección contra enfermedades graves”, asegura Penttinen.

La previsible epidemia de gripe de este otoño-invierno llegará en unas condiciones excepcionales. “El año pasado no hubo casos y los sistemas inmunitarios pueden estar más desprotegidos. Ahora estamos viendo muchos catarros después de meses sin ellos. Con la gripe puede suceder algo similar”, añade Sanz. No cree que se repita lo que ocurrió en 2020, cuando el virus de la influenza prácticamente no circuló. “Esto se debió a varias circunstancias que confluyeron: mascarillas, distancia de seguridad, menos relaciones sociales, que se están ya relajando”.

Tanto Sanz como el propio Ministerio de Sanidad insisten en mantener las mascarillas en interiores hasta que pase la temporada de virus invernales. “Aunque no servirán para evitar la epidemia de gripe, probablemente sí la amortigüe y consigamos menos infecciones, y por lo tanto menos hospitalizaciones y muertes”, señala este médico.


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