‘La vacunación es la única forma de frenar la pandemia de forma masiva’: Luis Enjuanes, virólogo

‘La vacunación es la única forma de frenar la pandemia de forma masiva’: Luis Enjuanes, virólogo

A sus 76 años, el virólogo Luis Enjuanes lidera en España un equipo de 16 personas cuyo objetivo es terminar la que podría ser una de las mejores vacunas contra el SARS-CoV-2. Enjuanes trabaja en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y prevé que en un año estará lista una vacuna autoamplificable, lo que significa que la dosis de ARN que se inyecta puede multiplicarse 5 mil veces dentro del organismo; genera una inmunidad esterilizante y su administración podría ser intranasal, lo que da mayor protección en las vías respiratorias, la principal puerta de entrada del coronavirus.

“Saldremos más tarde, pero con todo actualizado”, afirma en una entrevista publicada en The Conversation. Se refiere a que en los ensayos han incorporado las mutaciones de las variantes del SARS-CoV-2 de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil.

La nuestra es una vacuna original, no se ha hecho ninguna de este tipo. Está basada en la manipulación genética del propio SARS-CoV-2, del que hemos derivado un replicón de ARN [que multiplica la dosis génica que desencadena la protección]. Esa parte ya está definida, pero necesitamos tecnologías complementarias para la administración de la vacuna. Tenemos que combinar ambas cosas y comprobar que todo funciona, que la vacuna es estable y segura. Creo que estará lista en el primer trimestre de 2022”, dice.

Generalmente, señala, una vacuna tarda entre 10 y 15 años en desarrollarse, pero ahora las multinacionales están trabajando con equipos de unas 600 personas, grandes instalaciones y muchos recursos económicos para ir más rápido.

 

“A nosotros no nos ha faltado financiamiento en estas primeras fases, y tanto el CSIC como el Ministerio de Ciencia nos apoyan mucho, pero tenemos que completar la investigación para una vacuna nueva. Otras, como la de AstraZeneca o la que desarrolla Mariano Esteban, se basan en vectores conocidos y, por tanto, aprobados por las agencias reguladoras de medicamentos”.

Enjuanes señala que han utilizado una ruta de administración intranasal, pero las agencias que controlan la seguridad de los medicamentos prefieren la intramuscular, que se ha usado más y es segura. Las mucosas (nasales, oculares, respiratorias, etcétera) son espacios abiertos al exterior y la inmunidad en esas zonas se induce mejor localmente, presentando ahí el antígeno.

“Este virus entra prioritariamente en nuestro organismo a través de las vías respiratorias, por eso si administras la vacuna intranasalmente, inmunizas esa zona y la protección es mayor”.

El virólogo explica cuáles son los puntos fuertes de su vacuna frente a otras y que podrían colocarla entre las mejores.

En primer lugar, dice, no utiliza un solo antígeno para inmunizar, sino varios del propio virus. Segundo, al ser autoamplificable puede multiplicar hasta 5 mil veces la dosis inicial. Tercero, el uso de la vía intranasal aumenta su potencia porque induce inmunidad en las mucosas respiratorias, que se distingue de la inmunidad sistémica en que genera gran cantidad de inmunoglobulinas del isotipo IgA.

Al basarse en un ARN autorreplicante, señala, induce una inmunidad no solo de alto nivel, también de larga duración.

El asunto de las nuevas variantes también lo tienen controlado, pues la versión en la se están centrando incluye las mutaciones de los virus del Reino Unido, Sudáfrica y Brasil, y seguramente también de alguna variante de Estados Unidos que ha aparecido en California y Nueva York.

“Saldremos más tarde, pero con todo actualizado. En todo caso, si esto sigue así, habrá que actualizar las vacunas cada año, como sucede con el virus de la gripe, en función de las variantes que surjan”, expresa.

Para Enjuanes, éste es un momento relativamente optimista. Hay tres vacunas que ya se administran y la UE acaba de aprobar la de Janssen. Esto es lo más importante: la vacunación es la única forma de frenar la pandemia de forma masiva. Las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca son efectivas, pero no perfectas: hay que dar dos dosis y la gente vacunada, aunque está protegida de sufrir una patología intensa y morir por Covid-19, también se infecta y puede diseminar el virus. Hay que llegar al 70 % de la población inmunizada.

“Las cifras han bajado, pero ahora no podemos bajar la guardia y dilapidar la labor que la mayoría de la población y las instituciones están realizando”, señala.

Con el 70% vacunado, el virus se extingue de forma natural: cuando va a infectar a una persona, fracasa en el 70% de los casos”.

Enjuanes cree que hasta cierto punto esta crisis va a cambiar la manera de vivir, pues ha afectado mucho a el modo de vida, la vida familiar y social, al ocio…

“La gente se va a volver más precavida. Hemos aprendido que con el uso de la mascarilla, la desinfección de manos y el mantenimiento de la distancia de seguridad disminuyen drásticamente las infecciones por gripe y otras. Llevar mascarilla va a ser más frecuente entre quienes viajen en medios de transporte o vayan a lugares de gran afluencia, sobre todo en determinadas etapas del año en las que aparecen los virus estacionales. Yo pienso utilizarla más a menudo en algunos espacios públicos. Creo que el segmento de la población que es más prudente va a cambiar sus hábitos de vida significativamente”.

En lo personal, su vida también ha cambiado en el último año.

“Yo estaba empezando a reducir mi actividad científica, pero para los que somos especialistas en coronavirus resultaba duro abandonar el barco en estas circunstancias. Por eso seguimos trabajando. He extendido mi periodo como ad honorem hasta que vea que la situación está encarrilada y que la dirección del laboratorio queda en buenas manos. Las 16 personas que lo configuramos estamos trabajando al máximo. Esta situación nos ha reunido a todos en torno a un proyecto central: la obtención de la vacuna”.

Con información de Mónica Lara del Vigo, publicada en la web del CSIC y en el portal The Conversation.


Source link