LeBron James tiene cuatro anillos, cuatro MVP, dos oros olímpicos y un reguero de récords colectivos e individuales en sus más de dos décadas como jugador de baloncesto profesional. Con la victoria de anoche junto a Los Angeles Lakers sobre los Golden State Warriors, los vigentes campeones, el astro de Akron, Ohio, logró otro hito al convertirse en el jugador de la NBA con más triunfos en eliminatorias de playoffs. En total, el máximo anotador de todos los tiempos en la liga estadounidense ha superado 41 series de la fase final, una cifra que le sitúa por encima de Derek Fisher, Robert Horry y Wilt Chamberlain, entre otros.
Una vez más, el colosal atleta de 38 años ha demostrado su longeva excelencia sobre la pista, si bien su hito más importante y particular ha llegado fuera de las canchas. Todos los medios informaron sobre el futuro destino universitario de LeBron Raymone James Jr., el hijo de LeBron -más conocido como Bronny-, pocos dieron relevancia a lo que verdaderamente significa el acceso del primogénito del célebre deportista a la Universidad de Southern California.
“Es el primero del clan James”, recordaba LeBron James cuando se conoció la noticia. La verdadera victoria del astro este año ha sido confirmar que por primera vez, un miembro de su familia cursará estudios superiores en la universidad. “Estoy orgulloso de él, esto es algo increíble”, añadía el padre. No es un dato baladí en un país (y una sociedad) donde todavía hoy existe un fuerte componente racial y clasista en el acceso a la universidad. Cuando LeBron padre estudiaba en el instituto, en Estados Unidos casi un 70% de los universitarios eran blancos, una cifra que todavía supera el 40% en 2023 según datos del Departamento de Educación del país.
James Sr., la promesa más esperada del Draft de la NBA en las dos últimas décadas, saltó directamente del instituto al estrellato. Habiendo nacido en una barriada pobre de Ohio, y después de superar muchas penurias a lo largo de su infancia, el poder enviar a su hijo a la universidad representa un hito familiar de valor incalculable. A día de hoy, la universidad de Akron, la ciudad donde nació LeBron, cuenta con 16.000 alumnos, de los cuáles solo el 9,5% son negros. El jugador, que ha invertido muchos esfuerzos en la educación de miles de chavales de la zona desde sus comienzos en la liga, entiende muy bien la relevancia de abogar por una enseñanza más igualitaria entre clases, géneros y linajes.
“Los chavales están haciendo un trabajo extraordinario, mucho mejor de lo que todos esperábamos”, decía LeBron en un perfil del proyecto I Promise, que cuenta con una escuela y una fundación, publicado en The New York Times. “Cuando empecé, la gente sabía que estaba montando una escuela. Ahora, la gente va a entender realmente la falta de educación que tuvieron en el pasado”, subrayaba.
Los datos siguen mostrando que la presencia de Bronny en la universidad es solo un paso más en el acceso a la educación superior en igualdad de condiciones por parte de toda la ciudadanía, sin importar la procedencia, el género, el bolsillo o el color de piel. Desde 1976, la presencia afroamericana en las universidades ha incrementado un 33%, pero desde 2010 viene en declive. Reivindicaciones como el Black Lives Matter y la justicia social, como ilustran esta pequeña gran victoria de los James, siguen vigentes en la sociedad estadounidense y, con algún que otro matiz, en las sociedades occidentales.